Las mujeres son particularmente vulnerables en tiempos de recesión económica, pues están más expuestas a perder su empleo; además, en muchos países en desarrollo, las niñas son retiradas de la escuela para que contribuyan al sustento de la familia. Ahora bien, paradójicamente, las mayores esperanzas de mejorar las economías locales residen en las mujeres, tal como lo indicaron quienes llevaron la voz cantante en el Foro Económico Mundial, reunido en Davos, Suiza, en enero.
La premisa según la cual, las mujeres jóvenes son la clave de la recuperación económica se ha dado en llamar `el efecto niña´, a partir de la iniciativa The Girl Effect de la Fundación Nike (www.thegirleffect.org). En pocas palabras, la evidencia muestra que las trabajadoras con más años de estudios reciben mejores salarios; que las mujeres destinan a la familia una mayor parte de su salario que los hombres y que los hijos de las trabajadoras son más sanos y reciben mejor educación.
Ngozi Okonjo-Iweala, Directora Gerente del Banco Mundial en Washington DC, dijo en Davos: `Invertir en la mujer es economía inteligente. Invertir en las niñas es economía aún más inteligente.´ Por experiencia sabe que invertir en las niñas tendrá un formidable impacto en la realización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y contribuirá a resolver los problemas actuales de pobreza, demografía, bienestar familiar y cambio climático.
En los debates hubo acuerdo en que facilitar a las mujeres el ejercicio de sus derechos elementales no sólo sería un aporte significativo a su propia condición y la de sus familias, también incidiría positivamente en la economía mundial. En las propuestas para maximizar ese efecto se subrayó la necesidad de que los gobiernos establecieran una sólida protección jurídica y el derecho de las mujeres a la propiedad, bases fundamentales para el desarrollo de las empresas y la puesta en marcha de programas de salud y educación destinados concretamente a mujeres y niñas.
Mari Pangestu, Ministra de Comercio de Indonesia, explicó que las mujeres con altos cargos se consideran ejemplos a seguir en la sociedad y son esenciales para propiciar el cambio de valores culturales que confinan a la mujer en los roles de esposa y madre. Al respecto, subrayó la importancia de la participación de las mujeres en la toma de decisiones porque sus opciones difieren de aquellas de los hombres. A la hora de definir prioridades, una dirigente optará por instalar en su pueblo el agua potable antes bien que una antena parabólica… Si los hombres son los únicos a decidir sobre la reconstrucción, no tomarán decisiones que tengan en cuenta a las mujeres que se quedaron sin trabajo.
Muhammad Yunus, economista y Premio Nóbel de Economía, coincidió con la Sra. Pangestu en que hay que lograr el respeto efectivo del derecho de la mujer a la propiedad. El Banco Grameen de Bangladesh se creó precisamente para otorgar préstamos de poca cuantía a mujeres que no podían establecersus propias empresas por no tener títulos de tierras u otras garantías. Desde hace un tiempo, dicho banco ofrece incentivos a aquellas familias que registran sus tierras a nombre de la esposa. Al comienzo, hubo cierta inquietud entre quienes temían que la independencia financiera de la mujer trajera aparejado un mayor número de divorcios. Por el contrario, en el Banco se llegó a la conclusión de que los hombres son mucho menos propensos al divorcio cuando las mujeres son titulares de las propiedades familiares.
Puesto que la alfabetización es un factor clave del desarrollo empresarial, la educación ocupó un lugar central en el debate y los planteamientos de todos los panelistas. La Sra. Okonjo-Iweala señaló que las niñas representan el 70% de los menores que son retirados del sistema escolar. Para el bienestar de la familia, el país y el mundo entero, es crucial que las niñas reciban una atención primordial en dicho sistema. A juicio de la Sra. Pangestu, los gobiernos deberían garantizar que las niñas prosiguieran su escolarización, sobre todo, en épocas de crisis. Añadió que habría que prever incentivos concretos, como el programa de subsidios en efectivo condicionados que aplica en México: las familias los perciben siempre y cuando sus hijas sigan yendo a la escuela.
Los servicios de salud y la educación para la salud destinados exclusivamente a mujeres y niñas también tendrán notables repercusiones, afirmaron Muhammad Yunus y Melinda French Gates, Copresidenta de la Fundación Bill y Melinda Gates, de Estados Unidos. Ella explicó que estos servicios deben adaptarse a las necesidades locales, principalmente en zonas rurales donde la mayoría de las mujeres no tiene acceso a instalaciones de salud. La información de salud y la planificación familiar también deberían ponerse a disposición de las niñas a partir de los 10 años, lo que no sólo ayudaría a prevenir la mortalidad materna, sino también a mejorar la salud infantil. `Nuestra sociedad está cambiando. Las chicas tienen que recibir esa información a una edad más temprana. Si lo logramos, podremos abrigar la esperanza de que aprendan a protegerse y a planificar el nacimiento de sus hijos´, sostuvo.
La Sra. Ann M. Veneman, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), fue aún más categórica: `En muchas partes del mundo, mujeres y niñas también son víctimas de la violencia sexual desde una edad muy temprana y con absoluta impunidad. ¡Esto debe terminar! No sólo tenemos la obligación de proteger a las niñas, sino también de cambiar la actitud de los hombres y los niños, así como la forma en que tratan a las mujeres.´ La violencia sexual puede tener consecuencias nefastas para la salud (como la propagación del VIH/SIDA), la educación y la pobreza.
Al concluir el debate, Mark G. Parker, Presidente de la Fundación Nike, reconoció que aún queda mucho por hacer. La campaña `El Efecto Niña´, que vincula la capacitación de las niñas con el futuro de la humanidad, es un aporte, pero tenemos otro catalizador más poderoso a nuestro alcance: conseguir que los líderes del mundo aprovechen la crisis económica mundial para cuestionar algunas de las premisas sociales en las que reposa la economía. Si en las soluciones a la crisis se tiene presente el potencial de los 600 millones de niñas del mundo entero, las inversiones podrán reorientarse al `sector más desfavorecido, vulnerable e ignorado de la población mundial ´ que, paradójicamente, es también el que podría ejercer mayor influencia: las niñas.
Captura de pantalla del sitio www.thegirleffect.org
En esta edición del Foro Económico Mundial también hubo una mesa redonda sobre el potencial de mujeres y niñas para propiciar mejoras socioeconómicas en sus comunidades y el mundo entero. Participaron en la misma: Ngozi Okonjo-Iweala, Directora Gerente del Banco Mundial, Washington DC; Melinda French Gates, Copresidenta de la Fundación Bill y Melinda Gates; Mari Pangestu, Ministra de Comercio de Indonesia; Mark G. Parker, PDG de Nike y la Fundación Nike; Ann M. Veneman, Directora Ejecutiva de UNICEF y Presidenta del Consejo de la Agenda Mundial sobre Bienestar Infantil; Muhammad Yunus, Director Gerente del Banco Grameen de Bangladesh, y Helene D. Gayle, Presidenta y Directora General de CARE Estados Unidos.