El ITC constató que mientras el papel de las asociaciones, la consulta y la acción conjunta son ampliamente aceptados, en varios países sigue tropezando con dificultades y condiciones adversas que, en muchos casos, obedecen a variables históricas, políticas o culturales. A lo largo de su labor en estrategias de desarrollo de las exportaciones, el ITC fue testigo de lo que sigue:
- Gobiernos que nunca entablaron un diálogo sistemático con el sector privado.
- Gobiernos que excluyeron al sector privado de un mecanismo de colaboración previamente saludable.
- Gobiernos y sectores privados mutuamente recelosos de los motivos de uno y otro.
- Un sector privado que no responde a la voluntad gubernamental de apoyo y participación del sector.
- Un sector privado que se muestra escéptico respecto a llamados al diálogo que no redundan en acciones claras.
A continuación se dan dos ejemplos de fallos en un diálogo efectivo:
- En Rumania, antes de que se estableciera la Estrategia Nacional de Exportaciones (ENE), la insuficiencia de vínculos entre el Gobierno y el sector empresarial había traído aparejada una falta de sincronización, comunicación y cooperación entre empresas, instituciones y sector privado.
- En Dominica, la falta de un intercambio de información y un trabajo en red efectivos entre los sectores público y privado redujo el beneficio potencial de una capacidad combinada.
Desde un principio, la labor del ITC en el diseño y la gestión de estrategias de exportación nacionales, sectoriales y regionales se basó en la premisa de que el desarrollo y la competitividad de las exportaciones dependen de una relación sólida y duradera entre los sectores público y privado. Esa es una cuestión de singular importancia porque, de hecho, el ITC no establece estrategias de exportación, sino que facilita el proceso y capacita a los países asociados para que puedan diseñar y aplicar estrategias de exportación de su propia cosecha.
La estrategia de exportación debe ser pertinente y acorde con las limitaciones y oportunidades que afectan el desempeño exportador. ¿Quién mejor que el sector privado puede hablar de las dificultades de entrada al mercado, definir las necesidades de servicios de apoyo a las empresas, aconsejar dónde y cómo debería reducirse el costo de hacer negocios, explicar la necesidad de mejorar las condiciones de mercado e identificar las oportunidades de diversificación y valor añadido?
Lograr la participación del sector privado ha de ser una de las primeras tareas de la elaboración de toda estrategia de exportación que se define a través de un proceso de colaboración entre los representantes de los sectores público y privado que integran el equipo nacional de estrategias para forjar el consenso sobre necesidades y prioridades. El gobierno encabeza la definición de las prioridades sectoriales mientras que el sector privado fija las prioridades dentro de cada sector, lo que equivale a combinar los enfoques de arriba abajo y abajo a arriba para asegurar el liderazgo del sector privado y el apoyo del sector público dondequiera que haga falta.
El ITC aboga por la formalización de plataformas de diálogo público-privado mediante la creación de consejos nacionales de exportación (o equivalentes) con estatuto y autoridad jurídicos, lo que contribuye a la incorporación y continuidad de la voz del sector privado.
El resultado es un entorno de colaboración con un diálogo público-privado reforzado y centrado en un desarrollo de las exportaciones que permite al país gestionar la aplicación, seguimiento y actualización de la estrategia en la materia. El papel del sector privado no se limita a la etapa de diseño de la estrategia, pues cobra aún más importancia durante la transición hacia su aplicación.
Tan sólo a través de esta última se logra y se puede medir el impacto. El sector privado debe liderar la aplicación de una parte significativa de la estrategia de exportación. Organizaciones del sector privado, como las cámaras de comercio o las asociaciones empresariales, desempeñan un papel crucial en lo que se refiere a mejoras la gama y la calidad de los servicios de apoyo a las empresas, así como el marketing del país y sus industrias. Los productores invierten en mejorar o diversificar las capacidades de suministro y las empresas en mejorar los servicios logísticos. La inversión del sector privado es cada vez más importante en el desarrollo de la infraestructura que facilita la exportación.
En su Programa de trabajo relativo a la Ayuda para el Comercio 2010-2011, el Comité de Comercio y Desarrollo de la OMC señala: "La elaboración de estrategias de integración comercial y de exportación nacionales y regionales brinda la oportunidad de mantener un diálogo estructurado entre los sectores público y privado acerca de un conjunto acordado de objetivos. Esos diálogos también permiten que el sector privado participe activamente en la aplicación y la vigilancia y evaluación de la Ayuda para el Comercio. Se debería fomentar la labor de elaboración de esas estrategias."
En los siete últimos años, el ITC facilitó y nutrió la participación del sector privado a través de su labor en el desarrollo de estrategias de exportación en más de 40 países.