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      Empleos para comunidades pobres gracias al comercio

       

       
       
      © Centro de Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No. 1/2006

      © Ikhala Products (PTY) LTD./K.Dodds

      Las frases "desarrollo sostenible", "protección del medio ambiente" y "comercio que beneficie a los pobres" podrían sonar a consignas bien intencionadas. No obstante, tres proyectos muy distintos cumplen con esos objetivos: la explotación de una planta autóctona de Sudáfrica, el desarrollo de un balneario de Brasil muy a la moda y especias orgánicas de la India.

      A veces, la actualidad trae buenas noticias que vale la pena tener presente en un mundo donde proliferan las malas noticias, alimentadas a diario por titulares altisonantes, pero que suelen caer en generalizaciones impulsados por fuerzas que se oponen a la globalización o la liberalización del comercio. Rara vez se habla de los logros de una infinidad de proyectos modestos y de bajo costo que ofrecen a las comunidades pobres exactamente lo que piden: apoyo para emprender el camino que les permita salir de la pobreza.

      En estas páginas esbozamos el verdadero desarrollo que parte de muy poco y va creciendo a medida que aumentan y se transfieren recursos y conocimientos. Si el grupo meta inicial es de 10 personas, los beneficiarios pueden llegar a 100; si es de 100 personas, los beneficiarios pueden ser hasta 1.000 y luego, muchos más, si el proceso continúa. Tal ha sido el caso en tres de los denominados "países en desarrollo".

      El CCI está al tanto de esta clase de experiencias por los informes de los proyectos en el terreno que le remiten el personal y los consultores de los programas que lleva a cabo en el mundo en desarrollo. Siguiendo con nuestra serie "Semblanzas del desarrollo del comercio" les presentamos una nueva experiencia y les damos noticias de otras dos.

      En primer lugar, reseñamos la creación de empleo en una de las regiones más pobres de Sudáfrica, mediante la explotación de una planta autóctona. Gracias a la asistencia de expertos y la formación aportadas por el CCI, la financiación de una innovadora coalición públicoprivada y el firme apoyo de algunos mercados extranjeros, unas 1.000 personas de la región están saliendo de pobres.

      Luego, les llevamos a un balneario brasileño, famoso por su belleza, pero circundado de pobreza. Hoy, las comunidades locales se esfuerzan por mejorar su calidad de vida y comercializan diversos productos y servicios para turistas adinerados. La venta de otros productos también fabricados por las comunidades locales permitió crear decenas de empleos y trajo aparejado un aumento significativo de ingresos.

      En la India, última escala de este viaje, habitantes de zonas rurales luchan contra la pobreza ayudados por un programa que busca explotar al máximo un mercado internacional dispuesto a consumir especias y hierbas aromáticas de producción orgánica. En sólo cuatro años, las exportaciones septuplicaron y el ingreso medio quintuplicó con beneficios tangibles para más de 2.000 personas.

      "Estas experiencias exitosas en tres países en desarrollo de tres continentes en desarrollo son significativas para todos los países en desarrollo y demuestran que, incluso con una ayuda modesta, el comercio puede crear puestos de trabajo y reducir la pobreza en zonas rurales desfavorecidas", comenta J. Denis Bélisle, Director Ejecutivo del CCI.

      Una planta sudafricana para mejorar la salud

      El aloe ferox, planta similar al aloe vera, abunda en Cabo Oriental, una de las provincias más pobres de Sudáfrica. Esta variedad posee propiedades incomparables para la fabricación de productos de salud, tales como bebidas, infusiones, suplementos dietéticos, preparaciones medicinales y cosméticos.

      Ampliar la industria del aloe ferox para exportar productos conlleva un gran potencial de desarrollo, pues se puede ofrecer empleo a los integrantes de las comunidades rurales, ya sea en calidad de recolectores, obreros de la fábrica o agentes de distribución de los productos.

      Hace tres años, el CCI ayudó a impulsar un proyecto de producción y exportación de productos con aloe ferox y, desde entonces, se crearon 170 empleos. En primer lugar, 75 puestos de recolectores a quienes se impartió formación y se organizó en una cooperativa. Además, se publicó y difundió un manual de capacitación destinado a la población local y orientado a la protección del medio ambiente.

      El CCI también ayudó a forjar una innovadora colaboración entre la exportadora African Aloe, la Eastern Cape Development Corporation y la cooperativa de recolectores a fin de crear una gama de productos a base de aloe. Hace poco, estos asociados invirtieron US$ 300.000 en la fábrica Ikhala, dotada de instalaciones básicas de almacenamiento, selección y procesamiento simple, que ya está en pleno funcionamiento. Otros 10 trabajadores locales fueron empleados en el fileteado y secado de hojas de aloe.



      En Ikhala también se concibió un sistema de manipulación y conservación del aloe cortado que se utiliza en la preparación de bebidas de complemento terapéutico y cosméticos. La fuerte demanda de la gama de cosméticos redundó en la creación de 81 puestos de agentes locales que venden en las comunidades vecinas.

      En breve se pasará de 75 a 225 puestos de recolectores y, con el tiempo, el proyecto ayudará a unas 1.000 personas a salir de la miseria.

      Además, el CCI asesoró sobre el desarrollo y la comercialización de productos de exportación. En noviembre de 2005, Ikhala firmó un contrato con Men's Essentials, empresa que vende cosméticos en Canadá y Estados Unidos, y African Aloe e Ikhala concluyeron acuerdos comerciales con empresas del mercado nacional y de la República de Corea. Ahora, se esfuerzan por colocar sus productos en Europa.

      "El aporte significativo del CCI en la formación de los recolectores acrecentó la autoestima y la motivación de estos hombres y mujeres", señala André du Plessis, Gerente de Marketing de Ikhala. "El próximo paso, su participación en la colocación de la línea de productos de la fábrica en el mercado internacional, será otro estímulo para el ánimo y el compromiso del personal."

      Hacia el "hambre cero" en Brasil

      Costa do Sauípe es el centro turístico más grande de Brasil, famoso por la belleza de su entorno natural y también por la pobreza de quienes viven cerca de allí. Cuando las comunidades aledañas manifestaron inquietud por su posible marginación de las actividades turísticas, los promotores de Sauípe crearon el Programa Berimbau, nombre de un instrumento de percusión muy popular del folklore brasileño. La Fundación del Banco do Brasil apoyó el proyecto en el marco de su contribución a la campaña "Hambre cero" impulsada por el Presidente Luis Inácio "Lula" da Silva. Los promotores de Sauípe y la Fundación financiaron conjuntamente dicho programa.

      Durante la búsqueda de técnicas idóneas para reducir la pobreza mediante la creación de empleo y salarios más altos, el Banco do Brasil descubrió en la internet los programas de reducción de la pobreza que lleva a cabo el CCI y tomó contacto con la sede de Ginebra.

      El CCI ayudó a ocho comunidades muy pobres, con poco más de 7.000 habitantes, a establecer un plan comercial para vender productos y servicios a los prósperos hoteles del balneario. Tras hacer varios estudios exhaustivos de viabilidad y un análisis del suelo, el CCI propuso crear siete "cadenas de producción" para explotar el potencial productivo de las comunidades y, al mismo tiempo, suplir las necesidades del balneario.

      Estas cadenas comprenden el reciclado de desechos orgánicos; el cultivo de frutas y verduras; la fabricación de jabones y champúes; la confección de uniformes; productos artesanales; pesca y actividades culturales.

      Los resultados más espectaculares se obtuvieron en el reciclado de desechos orgánicos. La planta procesadora se inauguró en diciembre de 2004 y se crearon 40 puestos de trabajo. Cada día se reciclan ocho toneladas de desechos orgánicos del balneario y las comunidades vecinas con un método inocuo para el medio ambiente. Dicho método, inventado por un profesor universitario brasileño, permite transformar los desechos en fertilizantes orgánicos en tres días, cuando lo habitual son 60, y por un costo 20% inferior al del procesamiento habitual.

      Casi 500 agricultores utilizan esos fertilizantes para cultivar frutas y verduras que venden a los hoteles del balneario, lo que en un futuro cercano contribuirá indirectamente a crear más empleo.

      Se abrió un almacén de productos agrícolas que está a cargo de una cooperativa de 105 miembros, donde se comercializan la miel y otros productos orgánicos de la región. El proyecto también facilitó la creación de una cooperativa de 60 mujeres que confeccionan uniformes para los hoteles.

      Además, se prevé la creación de centenares de puestos de trabajo, a medida que vayan despegando otros sectores. Por ejemplo, los trabajadores locales ocupan el 50% de los puestos de los hoteles, pero se espera que a fines de 2007 ocupen el 100%. Los aumentos de salarios ya son palpables: el sueldo mensual de un artesano pasó de U$S 100 a U$S 400, lo que beneficia a más de 150 familias.

      Otro elemento del Programa Berimbau es la educación, en primer lugar, para acabar con el alto índice de analfabetismo. También se han adoptado planes de atención médica y de animación cultural.

      El Programa Berimbau es contagioso. Otras dos cadenas internacionales de la costa nororiental del Brasil se disponen a adoptar el mismo enfoque para una población más numerosa, estimada en 3.000 personas pobres.

      Aún más ambiciosa es la iniciativa del Banco do Brasil, que aprobó 1.080 proyectos empresariales que abarcan 70 cadenas de producción en todo el país. En el marco del programa "Hambre cero", el Banco colaborará con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil y el CCI para llevar a cabo estudios de mercado en determinadas comunidades.

      También cabe señalar su objetivo de divulgar el enfoque del CCI y adaptar el proyecto piloto a otros países de lengua portuguesa.

      Aumenta la venta de especias de la India

      Junto con África y Sudamérica, el tercer continente en desarrollo es Asia. Allí, en la India, también se obtuvieron resultados espectaculares gracias a la colaboración de los programas de reducción de la pobreza del CCI.

      Habida cuenta de la competencia acérrima en los mercados mundiales de especias y de los efectos negativos que tiene el cultivo intensivo para el medio ambiente, el CCI y el Consejo de Especias de la India decidieron ayudar a las comunidades rurales pobres para que produjeran y exportaran especias orgánicas.

      El objetivo del proyecto era generar más ingresos, crear puestos de trabajo y reducir la pobreza gracias a los márgenes de beneficios más altos que ofrecen los mercados internacionales de especias orgánicas y hierbas aromáticas como pimienta, jengibre, cúrcuma, romero y tomillo. Al dejar de utilizar agroquímicos se ha detenido la degradación del suelo y se contribuye a proteger la diversidad ambiental.

      Con asistencia técnica del CCI y el Consejo de Especias, cuatro asociados locales capacitaron a los agricultores para la preparación de los suelos, el cultivo orgánico, la certificación, la higiene de la recolección y el almacenamiento, el embalaje y el control de plagas y enfermedades.

      Las exportaciones se dispararon, pasando de US$ 228.000 en 2000 a U$S 1,5 millones a fines de 2004.

      Al principio, participaban en el proyecto 335 familias; ahora, son 2.800. Las mujeres representan la mitad de los beneficiarios y un gran número de ellos pertenece a grupos tribales.

      El ingreso mensual medio pasó de US$ 10 a US$ 50.

      El Gobierno de la India, impresionado por estos resultados, hizo inversiones sustanciales en caminos, suministro de electricidad y obras de saneamiento para apoyar el programa de exportación de especias. La obtención de la certificación orgánica de la Unión Europea para terceros países también fue otro grato resultado.

      Mucho por poco

      Con muy poco se puede hacer mucho. Guiadas por asociados empeñosos y personal experimentado, pequeñas iniciativas de carácter estratégico pueden aportar ventajas mensurables.

      Estos proyectos del Programa de Reducción de la Pobreza a través de las Exportaciones ilustran la cooperación entre las unidades del CCI, sus múltiples interlocutores y las comunidades locales. Son tres de los numerosos proyectos del CCI que destacan la dimensión humana del comercio para el desarrollo. Asimismo, muestran el papel que cumple la ayuda del CCI para que el comercio sea la fuerza motriz que mejore las economías locales y prepare a la gente a levantar futuros retos. Su realización confirma que los países pueden aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías, dar apoyo a las empresarias y promover iniciativas de exportación que preserven el medio ambiente.


      © Ikhala Products (Pty) Ltd./K. Dodds

      Saludable y rentable

      • African Aloe, Eastern Cape Development Corporation y la cooperativa de recolectores se unieron para crear productos a base de aloe ferox
      • Construcción de una nueva planta procesadora
      • Nueva gama de productos con un recurso de gestión sostenible
      • 170 empleos en una zona muy pobre


      © CCI/ F. Leclercq

      Sol, solaz y servicios

      • Turismo en la comunidad con el apoyo de grandes hoteles (Accor, Marriot, Renaissance y Super Club)
      • Planta de reciclaje de desechos orgánicos
      • Empleos en hoteles y venta de bienes y servicios
      • Centro comunitario y tienda de artesanía
      • Beneficiarios: 7.000 vecinos de ocho comunidades


      © CCI/A. Sandana

      Especias orgánicas aumentan ingreso rural

      • El CCI y el Consejo de Especias de la India ayudan a producir y exportar especias orgánicas
      • Exportaciones: US$ 228.000 en 2000; US$ 1,5 millones en 2004
      • Protección del medio ambiente
      • Inversión en carreteras, electricidad y saneamiento
      • 2.800 familias beneficiadas; las mujeres representan el 50% de los trabajadores

      Redactores: Natalie Domeisen, CCI; Paul Ress y Christopher Simpson, consultores del CCI.

      Aportes: Fabrice Leclercq, Patricia Sennequier, Francesco Geoffroy, Siphana Sok y Prema de Sousa del CCI.




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