Actualmente, la contribución del sector privado a la asistencia para el desarrollo de ultramar asciende a unos $EE.UU. 3.500 millones (las cifras pueden variar en función de la forma de contabilizar los aportes en especie). Las empresas invierten más de $EE.UU. 150.000 millones directamente en los mercados emergentes y aportan otros $EE.UU. 3.000 millones en ayuda social y contribuciones en especie. De ahí que si las multinacionales fueran un país figurarían entre los donantes más generosos de los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos. Las diez principales agencias de desarrollo internacional tienen una política o entidad oficial de participación del sector privado.
A medida que la participación del sector privado en el desarrollo de los mercados emergentes fue aumentando, los factores de la ecuación del desarrollo fueron cambiando. Hoy se da una importancia creciente a la "base de la pirámide" (BdP) en la economía, las microfinanzas, la iniciativa empresarial y el perfeccionamiento de competencias empresariales. A su vez, los países están cada vez más preocupados por el medio ambiente y el desarrollo sostenible. En lugar de concentrar el poder en manos de unos pocos organismos estatales o empresas nacionales, los responsables políticos buscan diversificar responsabilidades y promover la responsabilización local, así como el papel de la mujer en la empresa y la función pública.
Esa transición de una concepción verticalista de la ayuda del sector público a modalidades de asociación más localizadas y el creciente papel del sector privado en la prestación de ayuda internacional llevaron al Centro de Liderazgo Cívico Empresarial (BCLC por su sigla en inglés) a reflexionar sobre cómo y por qué el sector privado participa en asociaciones. ¿Cómo funciona? ¿Quiénes están más dispuestos a trabajar con las empresas? ¿Qué esperan del sector privado los organismos de desarrollo? ¿Por qué y de qué manera las instituciones públicas se asocian con el sector privado? Estas son algunas de las preguntas que tratamos de responder en nuestro estudio Partnering for Global Development: The Evolving Links Between Business and International Development Agencies.
Principales conclusiones del estudio
- La apertura de las agencias de desarrollo internacional (ADI) hacia las empresas multinacionales (EMN) es un fenómeno relativamente nuevo.
- Las asociaciones público-privadas son un medio estratégico cada vez más importante para el desarrollo de los mercados emergentes.
- Las ADI son motivadas por programas de desarrollo y programas comerciales.
- Las ADI tienen todavía fuertes "dolores de crecimiento" en lo que respecta a establecer asociaciones público-privadas.
- En las ADI, los enfoques del proceso de asociación están evolucionando.
- La identificación de asociados es una cuestión clave.
- Los programas de las ADI a menudo apoyan iniciativas multilaterales que ya existen o se basan en ellas.
- Suele haber una desconexión entre los países más necesitados y aquellos donde invierten las EMN. Hay algunas experiencias positivas.
Aunque en las agencias estudiadas se encuentran en distintas etapas de la incorporación del sector privado en sus programas de desarrollo, algunas avanzaron mucho en los diez últimos años. Las agencias de ayuda internacional de Alemania, Reino Unido y Estados Unidos (GTZ, DFID y USAID, respectivamente) fueron pioneras de la colaboración con el sector privado que comenzó a mediados de la década de 1990; desde entonces, participaron en grandes proyectos que resultaron beneficiosos para todas las partes interesadas.
Entre las buenas experiencias recogidas en el informe figuran las alianzas entre GTZ y la Asociación Alemana del Café, y entre USAID y Chevron Corporation. Reconocemos que nuestra forma de medir su éxito puede ser debatible, pero no cabe duda de que ambas asociaciones aportaron a todas las partes resultados positivos que de otra manera no hubieran conseguido.
USAID y Chevron se concentraron en la reconstrucción del sector agrícola de Angola, tras 27 años de una guerra civil que destruyó la infraestructura indispensable para el crecimiento. Esta alianza se ocupó de cuatro aspectos clave: finanzas, producción, procesamiento y marketing. Entre otras ventajas, el programa permitió generar ingresos para los proveedores locales por valor de $EE.UU. 1,2 millones.
De simple alianza de donantes, el proyecto se convirtió en una asociación innovadora. Ambas organizaciones trabajaron por igual en el desarrollo y la realización del programa, asegurándose el apoyo y la participación del Gobierno de Angola y adaptando nuevas prácticas como la metodología de evaluación de propuestas de la USAID.
La plena participación del sector privado en el campo del desarrollo tiene un gran potencial y puede ofrecer beneficios significativos, pero requiere adoptar medidas como las que siguen para sistematizar las modalidades de asociación:
Reducir la duplicación: Es imperativo que todos los actores del desarrollo internacional sepan quién está haciendo qué y dónde. A veces, en una comunidad operan varias empresas, ONG y programas de gobierno sin comunicar forzosamente entre sí.
Aumentar la eficiencia: Las asociaciones que logran buenos resultados son aquellas en las que cada parte tiene una idea clara de las competencias de las demás y está dispuesta a establecer una repartición del trabajo bien definida.
Mantener la equidad: Tal como indicado anteriormente, los modelos de asociación sólo tienen éxito cuando cada asociado participa con una actitud de respeto mutuo y valores compartidos.
Mediante el inventario de necesidades y competencias, la creación de canales de comunicación abierta y la elaboración de plantillas de repartición del trabajo y los resultados deseados, las entidades públicas, privadas y de la sociedad civil siguen mejorando sus capacidades para contribuir al desarrollo mundial. Optimistas, entendemos que en los próximos 20 años habrá nuevas mejoras en la modalidad de trabajo conjunto de todos estos actores para propiciar el crecimiento económico y el progreso social.
El BCLC, afiliado sin ánimo de lucro de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, se ocupa de cuestiones sociales que inciden en la actividad económica como la responsabilidad social empresarial, la filantropía, la eficacia de los servicios sociales sin ánimo de lucro, la globalización, la inversión comunitaria y la asistencia en casos de desastre. La Cámara de Comercio de Estados Unidos es la mayor confederación empresarial del mundo y representa a más de tres millones de empresas y organizaciones de todo tamaño, sector y región.
Partnering for Global Development:
The Evolving Links Between Business and International Development Agencies. En este informe del BCLC en colaboración con Ciudadanía Empresarial se estudia la forma en que diez ADI se asociaron con el sector privado y las motivaciones que las llevaron a hacerlo. El programa de desarrollo de China figura en una sección especial. El estudio comprende las ADI de Alemania, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Japón, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza, así como la agencia Millenium Challenge Corporation.
Enlace de descarga del informe completo: www.uschamber.com/assets/bclc/09partneringreport.pdf