A la seda corresponde una porción minúscula del mercado mundial de las fibras textiles: menos de 0,2%. No obstante, esta cifra puede inducir a error, ya que el valor comercial de la seda y sus productos derivados es mucho más impresionante, pues alcanza miles de millones de dólares. El precio unitario de la seda cruda es 20 veces superior al del algodón crudo (resulta difícil estimar el valor global del sector, debido a que los principales países importadores carecen de estadísticas fiables de los productos terminados de seda). Para formarse una idea basta considerar que la cifra de negocios anual de la Corporación Nacional de Importación y Exportación de Seda de China se sitúa entre US$ 2.000 y US$ 2.500 millones.A diferencia de los demás textiles, la tradición y la demanda de la seda tienen orígenes históricos. En la India, la demanda local es mucho mayor que la oferta, lo que limita el crecimiento de las exportaciones. Este país es hoy el mayor importador de seda cruda, a pesar de que es también el segundo productor. La demanda local está creciendo rápidamente en otros países productores, como China, a medida que más personas logran ingresos suficientes para consumir los productos de seda más baratos. Se piensa que esta tendencia cobrará fuerza también en Viet Nam.