Cuando se oyen los términos "comercio", "sistema mundial de comercio" o "exportaciones", lo primero que suele venir al espíritu son ideas como "contenedores marítimos", "transporte por carretera" o "carga aérea", pero rara vez se piensa en el comercio de servicios.Esto se debe en parte a que el avance de la economía de servicios en el comercio mundial es relativamente reciente, pero también a que los servicios son intangibles y, por ende, menos visibles. De ahí que la promoción de la exportación de servicios resulte tan difícil. Más que un producto que el comprador podrá examinar físicamente, el exportador vende una "promesa". La venta de servicios se basa en una buena impresión y en referencias que susciten la confi anza del comprador, requisito que puede convertirse en una barrera para los exportadores de países en desarrollo y en transición.La intangibilidad de los servicios es también un obstáculo para medir su valor. Mucha gente no sabe que cruzar la frontera nacional para cenar en un restaurante, reparar el automóvil o utilizar una lavandería automática es una forma de exportación de servicios. En realidad, los países se preocupan cada vez más por conocer el impacto económico de actividades tales como la participación de estudiantes en programas de estudios internacionales o los servicios externalizados por las multinacionales (traducción, contabilidad, atención telefónica a la clientela y otros).