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Los primeros años del CCI
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© Centro de Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No. 1/2004

Entrevista conducida por Peter Hulm

Anticipándonos a la publicación sobre el 40.° Aniversario del CCI prevista para finales de año, hemos conversado con dos“historiadores” del Centro, Jacqueline Rigoulet y Frederick J. Glover, quienes nos han contado cómo era trabajar en el CCI en sus comienzos.

Fred: La mayoría de los organismos de Naciones Unidas se crearon después de la adopción de una carta fundacional, que definía sus tareas y mecanismos. Pero el CCI no tuvo ese tipo de génesis.

Jacquie: Los representantes del Brasil y la India ante el GATT [Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, precursor de la Organización Mundial del Comercio] se quejaron de que no se estaba haciendo nada para impulsar las exportaciones de los países en desarrollo.

Fred:
El entonces jefe del GATT, Sr. Eric Wyndham White, aplicaba una metodología sin formalismos. Tras “tomar el pulso” de los debates, dio instrucciones para buscar una solución.

Según la historia oficial de Fred, el 19 de marzo de 1964 un grupo de expertos del GATT recomendó que se establecieran unos “servicios de información comercial y de asesoramiento sobre la promoción comercial en el marco del GATT”. Los expertos también dijeron que no sería posible determinar cuál era el mejor cauce para “las operaciones futuras del Centro” mientras estos servicios no hubiesen funcionado durante un cierto tiempo. El 1.° de mayo de 1964, el jefe del GATT anunció la creación del Centro, que se instalaría en la Villa le Bocage (Palacio de las Naciones) como parte de la Secretaría del GATT, con tres funcionarios del cuadro orgánico y dos de servicios generales. Herbert L. Jacobson, de Estados Unidos, fue nombrado Jefe del Centro el 1.° de octubre de 1964.

Jacquie: Era una persona formidable, una verdadera locomotora. Dirigía el Centro como una empresa, lo que explica que funcionase tan bien. Reinaba el entusiasmo; por eso, los jubilados del CCI seguimos en contacto con la institución. Todos estábamos convencidos de que lo que hacíamos iba a tener importancia. Cuando se empezó a hablar de la globalización, 20 años más tarde, dije que nosotros ya habíamos comenzado a ayudar a los países en desarrollo a beneficiarse de la globalización en 1965.

Fred: La revista Forum es hoy la más antigua de las unidades originales del CCI, que inicialmente iba a llamarse Centro de Información sobre el Comercio Internacional. Los gobiernos miembros del GATT consideraban que eso era todo lo que hacía falta: más información para los países en desarrollo. Jacobson los convenció después de que eso no bastaba, que, además de información concreta sobre el potencial y las posibilidades de exportación, los países en desarrollo deseaban asistencia, formación y estudios de mercado, recursos indispensables para aprovechar las oportunidades comerciales. No se trataba de producir un documento de vez en cuando. Así, poco a poco nos ocupamos de la capacitación.

Jacquie: Tuvimos que aprenderlo todo: desde organizar un equipo de mecanografía hasta controlar los documentos. Después de trabajar en conferencias, fui oficial de proyectos. Aprendíamos en la práctica; los problemas que afrontábamos nos hacían mejorar nuestro trabajo. Muchos de los antiguos pasaron por todos los puestos de la organización. Sabíamos lo que se hacía en todas las secciones.

Fred: Jacobson daba mucha importancia a la organización de coloquios de alto nivel, con la participación de altos funcionarios, exportadores e instituciones como las cámaras de comercio, a fin de descubrir las necesidades de los países en materia de exportaciones. Personalmente, tuve a mi cargo 23 de dichos coloquios. Actuábamos como árbitros imparciales entre los gobiernos y el sector privado. Luego comenzamos a vincular estos coloquios con actividades de programación, a fin de producir documentos de proyectos que esperábamos podrían ser financiados por un donante o las Naciones Unidas. Logramos consolidar este enfoque, con muy buenos resultados en algunos países. Llegamos a tener 600 personas en misiones a corto o largo plazo. Esta presencia en el terreno era muy útil, dada la intensidad de los intercambios con la sede.

Jacquie: Cuando empezamos, teníamos actividades más bien fragmentadas, de información, capacitación, consultorías a corto plazo, estudios de mercado, etc. Con el tiempo pasamos a crear proyectos globales. La idea era: ¿por qué no fusionar esto en un paquete integrado? Y preparábamos un programa de capacitación, información y publicaciones, combinados y centrados en un mismo país. Este programa despertó el interés de algunos donantes, como los Suecos, que estuvieron dispuestos a financiarlo.

Fred: También aplicamos esta metodología a las publicaciones. Produjimos varios manuales para exportadores y otros manuales didácticos. Todo esto fue el fruto de las actividades de formación.

Jacquie: Luego vino el programa para los agregados comerciales, que de algún modo continuaba los coloquios de alto nivel.

Fred: A comienzos de los años 1970, junto con los Australianos buscábamos formas de mejorar el rendimiento de los agregados comerciales, que a veces ejercían diversas otras funciones. Los Australianos nos propusieron enviar al Centro a sus mejores agregados durante un año, para ayudarnos a escribir una guía. El resultado fue un éxito editorial lleno de información práctica, que se mantuvo durante varias décadas en la lista de publicaciones.

Brasil decidió celebrar una reunión de sus agregados comerciales en torno a este libro. Durante una semana, organizamos tres sesiones diarias y analizamos el libro página a página, adaptándolo a las necesidades brasileñas y preparando la edición en portugués.

A raíz del éxito de la experiencia, iniciamos un programa junto con Jacquie y otro funcionario, que prepararon la adaptación francesa. La guía fue muy eficaz para la formación de los agregados comerciales.

Jacquie: Llevamos a cabo proyectos en Senegal, en Estocolmo para los agregados comerciales de países en desarrollo con misiones en Suecia, en Canadá y varios otros países. Teníamos buenas relaciones con la Cámara de Comercio de Budapest.

Fred: En el curso de esos años, enseñamos a los gobiernos la forma de obtener cooperación técnica sobre temas relacionados con el comercio. Estos esfuerzos se tradujeron en una importante decisión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el sentido de que los gobiernos deberían tener la última palabra en cuanto al empleo de los fondos destinados a los proyectos. Es decir, la promoción de los proyectos pasó bajo responsabilidad de los gobiernos. Además, éstos deseaban una mayor participación de su propio personal, lo que redujo la demanda de funcionarios en el terreno. Entonces trasladamos la formación a los propios países. Finalmente, adoptamos la idea de formar instructores, en vez de impartir formación directa a los participantes.

Jacquie: Pero seguimos operando como una gran familia: trabajamos juntos, con gran agrado.

Jacqueline Rigoulet trabajó en casi todos los departamentos del CCI, pasó dos años en misión de servicios en el PNUMA, en Nairobi, colaboró con proyectos integrados, y se jubiló en 1984, en la sección de formación. Siguió trabajando con el CCI, en la Comisión Económica para Europa (CEPE). Frederick J. Glover entró al CCI en 1971, y se retiró en 1980, cuando era Director Adjunto, para asumir la dirección de la Entidad Británica de Desarrollo del Comercio (que promueve las importaciones). Es autor de una crónica histórica sobre los primeros 20 años del CCI, The International Trade Centre UNCTAD/GATT 1964‑1984 – an historical account of twenty years of service to developing countries.


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