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El comercio debe extenderse a los países más pobres
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La rápida mundialización, las nuevas formas de alianza económica y el progreso de las comunicaciones están transformando el panorama del comercio internacional y abriendo nuevas oportunidades de intercambio entre las empresas de países desarrollados y de países en desarrollo.

J. Denis Bélisle, Director Ejecutivo del CCI, y Michael Czinkota, de la Escuela McDonough de Estudios Empresariales (Universidad de Georgetown), explican a continuación por qué es necesario adaptarse a estas tendencias y comentan algunas de las medidas que el CCI está tomando para ayudar a los países en desarrollo a beneficiarse del volumen sin precedentes alcanzado por el comercio internacional.

En una economía mundial en plena expansión, los países del Norte no pueden seguir dependiendo únicamente del comercio impulsado por las empresas del ránking Fortune 500. Si queremos que todos disfruten de los beneficios del crecimiento, también habrá que incrementar el comercio de los países del Sur. Los responsables políticos y las empresas — cualquiera sea su peso económico — deben cobrar conciencia de la importancia estratégica que tiene el mundo en desarrollo, no tan solo en una perspectiva social y política tradicional, sino también con miras al fomento de un marco económico mundial integrado. En aras del interés general, hay que adaptarse a las tendencias mundiales y seguir pautas que favorezcan el crecimiento de todos los países, inclusive los menos adelantados.

La razón es muy simple. El comercio entre las empresas de países industrializados y países en desarrollo ofrece un espacio para seguir ampliando las oportunidades comerciales y de inversión. Los intercambios redundan en beneficios mutuos y crean vínculos indisolubles que estimulan el desarrollo económico de todos los países. Las empresas que exporten hacia los países en desarrollo ampliarán sus actividades en nuevos mercados, donde tendrán acceso a consumidores con un creciente poder adquisitivo. Las que importen desde países desarrollados dispondrán de productos de óptima calidad y menor costo, mejorando así su ventaja competitiva.

No obstante, hay un dilema que sigue sin resolver: ¿cómo ayudar a los países en desarrollo, permitiendo al mismo tiempo el predominio de las fuerzas del mercado? Basándose en los exhaustivos estudios sobre tendencias económicas internacionales realizados en la Escuela McDonough de Estudios Empresariales (U. de Georgetown) y en la experiencia práctica acumulada por el CCI, este artículo señala ciertos aspectos del comercio internacional que afectarán a los países en desarrollo, esboza algunas de las medidas iniciales tomadas por el CCI para ayudar a empresas y países a aprovechar estos cambios mundiales y se refiere a una oportunidad que no se debería desperdiciar.

Las facetas más importantes de este proceso son las tendencias de la mundialización, las nuevas formas de asociación y el avance acelerado de las tecnologías de la información.

Mundialización

La extensión del sector manufacturero a todo el mundo y las estrategias de externalización han hecho posible una producción más barata, rápida y de mejor calidad. Para ganar eficacia, los productores deben ser capaces de evaluar sus niveles de competitividad y corregir sus deficiencias, lo que exige tener información sobre los mercados, capacidad para comprender y anticipar la demanda, y creatividad para adaptar sus productos y detectar nichos de mercado. En realidad, los países en desarrollo se encuentran en desventaja con respecto a estos puntos, pues adolecen de graves limitaciones en investigación y desarrollo, de grandes dificultades para conseguir información comercial y, muy a menudo, de una falta de competencias avanzadas en comercialización. En cambio, en el campo de la creatividad y las nuevas tecnologías encuentran oportunidades únicas de ponerse al nivel de los países industrializados. Aprovechar estos recursos en favor de los países en desarrollo es un reto que nos concierne a todos.

La competitividad es la condición imprescindible del éxito, en cualquier parte del mundo. No obstante, para ser competitivas, las empresas de los países en desarrollo deben tener la capacidad de medir y evaluar su rendimiento. El CCI ha concebido el “Calibrador de la competitividad internacional”, que las empresas de los países en desarrollo pueden usar para compararse con un marco de referencia preparado con datos de fabricantes de todo el mundo. Por ejemplo, pueden cotejar su producción, organización y prácticas con los datos de empresas del mismo sector para saber en qué aspectos tienen que mejorar su rendimiento.

Nuevas formas de asociación

A medida que los países en desarrollo se integran cada vez más en la economía mundial, el trabajo de equipo entre las empresas y las autoridades, y entre los propios empresarios, se va convirtiendo en una necesidad imperiosa. El sector privado y los poderes públicos tienen que superar su desconfianza recíproca y tender lazos constructivos de comunicación para definir estrategias y formas de colaboración. Por su parte, las empresas deben comenzar a compartir costos e intercambiar la experiencia adquirida. Una tendencia reciente observada en los países industrializados consiste en compartir los costos de activos tales como la infraestructura, edificios, personal, almacenamiento, transporte, reparaciones y sistemas de telecomunicaciones, así como la comercialización conjunta de productos complementarios. Los países en desarrollo tienen que definir sus propios modelos de empresas mixtas, asociaciones de valor añadido, alianzas estratégicas y acuerdos de tipo cooperativo. Estos serán los medios del comercio futuro, en que predominarán las asociaciones y se compartirán los riesgos.

El CCI introdujo por primera vez algunos instrumentos para los exportadores de países en desarrollo, cuyos criterios permiten una fructífera cooperación entre los sectores público y privado, y también con organizaciones no gubernamentales y entidades como las organizaciones de promoción del comercio y las asociaciones sectoriales. Análogamente a la regla 80/20 (principio de Pareto), cada instrumento tiene una base invariable de 80% y sólo el 20% se modifica según las necesidades locales, asegurándose así, mediante un método basado en la participación activa, su elaboración económica y su adaptación. El Foro Ejecutivo sobre Estrategias Nacionales de Exportación, organizado por el CCI a finales de septiembre de 1999, fue una ocasión excepcional para analizar algunos logros en la aplicación de estrategias de desarrollo global, regidas por las exportaciones y basadas en la coparticipación.

Aprender a utilizar las comunicaciones

Durante mucho tiempo se consideró que los países que carecían de una infraestructura de telecomunicaciones eficaz estaban condenados a quedar marginados de las ventajas del comercio electrónico: mayor rapidez de atención y despacho, exactitud en el tratamiento de los pedidos, interacción electrónica directa en el proceso productivo y previsiones específicas sobre la oferta y la demanda. En verdad, la falta de medios de comunicación modernos ha dejado de ser un problema crónico. Hubo una época en que los gobiernos regulaban y controlaban los servicios de comunicación (y de correos), dado que eran los únicos que disponían de los recursos para mantenerlos. Hoy, las inversiones que exige un sistema básico nacional de telecomunicaciones se han reducido enormemente, y el sector privado es capaz de instalar redes en cualquier país, en plazos no mayores de dos años. No se trata de conjeturar si los países en desarrollo van a poder o no participar y beneficiarse del comercio basado en las telecomunicaciones mundiales, sino de cuándo van a hacerlo.

A medida que los países en desarrollo se aprestan a incorporarse a la nueva economía electrónica, el CCI actúa como centro polivalente y les ofrece orientación para la puesta en práctica de sus estrategias comerciales. El Centro brinda asesoramiento sobre comercialización electrónica, compras internacionales, calidad y logística del comercio electrónico, tanto de productos agrícolas y manufacturados como de servicios.

Para atender las necesidades detectadas mediante diversos estudios, el CCI ofrece programas que, por ejemplo, pueden poner en relación por afinidades a exportadores e importadores de frutas y hortalizas frescas, definir estrategias adecuadas para la exportación de servicios, patrocinar exposiciones virtuales de productos de los países en desarrollo y proponer respuestas a las interrogantes más frecuentes sobre el cibercomercio.

La aplicación de los acuerdos multilaterales de la Organización Mundial del Comercio ha redundado en un aumento sin precedentes del comercio internacional.

Es esencial ayudar a los países en desarrollo a sacar provecho de esta evolución. Ello supone prestarles la asistencia técnica práctica que les permita dar alcance a los países industria-lizados.

Los países en desarrollo tienen que participar en el incremento del bienestar mundial; de hecho, están listos para asumir las responsabilidades que conlleva el convertirse en miembros prósperos de la comunidad económica internacional. Habida cuenta de los profundos cambios determinados por la mundialización y los progresos de la infraestructura de telecomunicaciones y la tecnología, sería atinado que los países industrializados entablen relaciones comerciales con empresas de los países en desarrollo, no sólo para potenciar sus perspectivas comerciales y de inversión en este mundo próspero y prometedor, sino también para reducir los costos de producción, prolongar el ciclo de vida de los productos, recortar los costos de importación de componentes, servicios y bienes manufacturados, y ampliar el acceso a los mercados. De lo contrario, peligrarán las posibilidades de desarrollo, crecimiento y estabilidad de todos los países, sean del Norte o del Sur.

J. Denis Bélisle es Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas en Ginebra y Director Ejecutivo del Centro de Comercio Internacional UNCTAD/OMC. Michael R. Czinkota es docente en la Escuela McDonough de Estudios Empresariales (Universidad de Georgetown),

de Washington, D.C., Estados Unidos.

Reproduzca este artículo

El CCI alienta a sus lectores a reproducir a nivel local el presente artículo, que ya se publicó en el Japan Times y el Journal of Commerce, de los Estados Unidos. Sírvanse enviar dos copias de toda reproducción a la Redactora Jefa, Forum de Trade Forum, CCI, Palais des Nations, 1211 Ginebra 10, Suiza. E-mail:


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