Para las organizaciones internacionales hubo algunas sorpresas agradables. Varias de las iniciativas descritas han sido impulsadas o respaldadas por organismos de las Naciones Unidas, agencias nacionales de cooperación para el desarrollo u otras entidades de la comunidad internacional. Estos ayudaron a los futuros empresarios a analizar mercados, formular planes de empresa que les permitieron conseguir créditos importantes, organizar misiones internacionales para visitar a los compradores, participar en ferias comerciales, impartir formación a su personal y contratar consultores.
Empero, otros empresarios tuvieron algunos problemas derivados de la inexistencia de órganos internacionales capaces de allanar obstáculos como las distintas normativas internacionales o el acceso a fuentes de financiación.
Estos casos contradicen ideas como las siguientes: que debemos dejar que las empresas de los países en desarrollo y en transición se desenvuelvan con sus propios medios; que la capacidad de acción de los organismos de apoyo nacionales es suficiente, o que las organizaciones internacionales son superfluas, sobre todo en el nivel práctico. Sin exagerar su contribución, el CCI puede estar orgulloso de que algunos de los éxitos de los PMA hayan sido inspirados por nuestros esfuerzos de difusión de las «mejores prácticas», de asistencia a los exportadores para adquirir conocimientos y competencias en materia de exportación, y de respaldo a las políticas y estrategias favorables a las exportaciones. Esperamos que este número también suscite otras vocaciones.
Natalie Domeisen
Related articles: