Un punto de vista de Nepal
Padma Jyoti
«¿A dónde vamos ahora?», es una pregunta muy pertinente, sobre todo cuando se termina la primera etapa de un viaje. Antes de venir a Annecy, muchos creíamos saber exactamente cuál era nuestro destino. Sin embargo, los señores Bélisle y Ricupero nos advirtieron ya el primer día que las reglas de tránsito habían cambiado, y que las velocidades máximas se habían elevado a niveles extremadamente peligrosos.
Si queremos aprovechar las actuales tendencias mundiales, hemos de entenderlas y empezar por acrecentar nuestro propio potencial. Como dijo el Profesor Blanc, hay que aumentar la capacidad de las organizaciones e impulsar el desarrollo de instituciones que acopien conocimientos, con miras a su utilización futura y su incorporación a los procesos de agregación de valor.
La competitividad es un hecho, no una opción
¿Son nuestras empresas capaces de competir? El mensaje es claro: si no adquieren la capacidad de competir en los mercados internacionales, serán eliminadas muy pronto, incluso de sus mercados nacionales. Es importante que las pequeñas empresas formen sus propias alianzas estratégicas y también que se unan con empresas multinacionales.
Confianza en los asociados
Debemos reforzar la capacidad de todos los sectores – públicos y privados, nacionales e internacionales – para trabajar juntos en un clima de confianza, como señaló el señor Bélisle.
Cohesión
Otra lección importante es que la exportación no puede enfocarse como una actividad aislada. Para prosperar en el nuevo entorno económico, debemos avanzar en forma armónica e integrada en todos sus aspectos: política tributaria, situación fiscal, condiciones de inversión, sector financiero, competencias profesionales y buena gestión tanto pública como privada, a nacional y empresarial.
Asimismo, debemos tener siempre presente que el incremento de la exportación y del comercio no es un fin en sí, sino un medio para mejorar en forma duradera las condiciones de vida del mayor número de personas.
De la información al conocimiento
El ingente aumento de la información disponible y el extraordinario avance tecnológico son dos fenómenos sin precedentes. El acceso a la información y la tecnología es hoy más fácil que nunca. En cambio, nuestra capacidad para asimilar el saber, adaptar la tecnología y usarla en forma provechosa y productiva es insuficiente. Esta es una asignatura pendiente, sobre todo para los países en desarrollo.
La competencia ya no consiste en ofrecer precios bajos o abaratar los costos. En realidad, se basa en la calidad, el servicio, el valor y el trabajo en redes, es decir, en la expresión concreta del saber.
Los organismos de fomento comercial y de las asociaciones sectoriales privadas deberían cumplir funciones de más vasto alcance, coherentes con la mayor amplitud que se ha dado al concepto mismo de comercio. En particular, deberían actuar como depositarios y divulgadores de la información comercial más reciente, y como agentes de cambio, modernizando las competencias técnicas y capacidades por medio de la formación, la formación y ... aún más formación.
Recursos
Todos los participantes que consulté coincidieron en señalar que la contracción de los recursos para el desarrollo es un gran obstáculo. La utilización más racional de los fondos disponibles es sin duda una alternativa, pero también hay que estudiar seriamente otras formas de captar recursos, como las contribuciones de contrapartida a los fondos aportados por el Banco Mundial, la venta de servicios a los miembros, otras posibilidades de asistencia técnica, etc.
Algunas medidas en lo inmediato
Con la asistencia del CCI, las organizaciones de fomento comercial y las cámaras de comercio deberían recopilar y difundir en todo el mundo las prácticas óptimas del sector. También podrían ayudar a sus beneficiarios y miembros a efectuar análisis de competitividad y evaluaciones comparativas. Las organizaciones de fomento pueden transformarse en centros de encuentro y establecimiento de vínculos entre las empresas del sector privado, las cámaras de comercio, los gobiernos y las instituciones internacionales. Estas organizaciones tienen que aguzar su percepción de las empresas nacionales, que deberían considerar, sin excepción, como exportadoras potenciales o proveedoras del sector exportador.
Padma Jyoti es Vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de la Asociación para la Cooperación Regional de Asia Meridional. Para más detalles, diríjase por correo electrónico a:
Un punto de vista de Costa Rica
Eduardo Alonso
El debate ha mostrado que los desafíos que hoy enfrentamos son de una naturaleza completamente distinta a la del pasado. Cuestiones tales como la mundialización, los Acuerdos de la OMC y la tendencia a uniformizar las condiciones comerciales influyen en forma decisiva en las actividades que las organizaciones promotoras de la exportación deberían emprender.
Eslabones perdidos
Se nos han presentado varios ejemplos de estrategias nacionales de exportación. Sin embargo, me parece que muchos países en desarrollo no disponen de una estrategia de exportación explícita y global. Lo que tienen son programas para la estabilización macroeconómica y la liberalización del comercio. Esto no basta para aumentar las capacidades de esos países de tal manera que puedan incorporarse, con una competitividad efectiva, a la economía mundial.
Si tomamos en consideración los elementos básicos de los programas de ajuste estructural (políticas de precios, comercial, tributaria y de Hacienda), pienso que se han logrado enormes progresos, sobre todo en lo relativo a la política de precios y la política comercial.
Por otra parte, las políticas tributarias y financieras son materias complejas, que requieren la introducción de reformas en la organización estatal. En estas reformas se debe incluir el desarrollo institucional de los sectores público y privado.
¿Dónde están las capacidades institucionales para mejorar los vínculos en los países en desarrollo? ¿Dónde está el enfoque “multi-organismos”, necesario para hacer efectiva la competitividad en la exportación? A menudo, estos vínculos están ausentes, y los países pierden oportunidades de aumentar su competitividad y lograr un desarrollo sostenido.
Exportaciones con valor añadido
Promover las exportaciones no significa subvencionarlas, sino promover la competitividad.
De hecho, ya no se habla de “fomento de las exportaciones” a secas, sino de lograr una competitividad general. Si consideramos además la formación de complejos industriales y el fomento de las inversiones en el comercio, estaremos refiriéndonos a la incorporación de un mayor valor añadido a nuestra producción y nuestras exportaciones. Lo que está en juego es el valor añadido. La agregación de valor lleva a la diferenciación, y es uno de los caminos para obtener competitividad, diversificar las exportaciones y aumentar la captación de divisas. En otras palabras, es el factor esencial de toda estrategia de fomento de las exportaciones.
La participación del sector privado es decisiva. A éste le corresponde una ingente contribución. Ahora bien, no debe limitarse a buscar oportunidades comerciales para sí mismo, sino participar en la elaboración de políticas y programas para aumentar el rendimiento general, en especial de las pequeñas y medianas empresas.
Un proceso a largo plazo
No debemos olvidar que el aumento de la competitividad es un proceso que toma tiempo, sobre todo porque implica un cambio de mentalidad en muchos sectores. Pero hay muchas razones para ser optimistas.
El papel del CCI
Existen tres campos en los que el CCI puede desarrollar una mayor actividad en el futuro. Primeramente, debería conducir el debate sobre la función que incumbe a las organizaciones de fomento del comercio, en el marco de una teoría sistemática y estratégica sobre la competitividad.
Además, el CCI debería, en conjunto con otras organizaciones internacionales, insistir en la definición de estrategias comerciales explícitas para los países en desarrollo, que comprendan el marco institucional necesario para su puesta en práctica.
El CCI podría ayudar a los países en desarrollo a crear empresas mercantiles, como una manera de fomentar la especialización y generar valor añadido, teniendo debidamente en cuenta las experiencias nacionales.
Eduardo Alonso, Consultor en Comercio Internacional, fue Gerente General de la entidad Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica ([email protected]).
Un punto de vista de Ghana
Tawia Akayea
Esperábamos que, tras el fin de la guerra fría, el mundo sería más simple. La paradójica realidad es que el planeta se ha tornado aún más complicado, y nos encontramos desplegando enormes esfuerzos por reducir la brecha que separa a los países en desarrollo y los desarrollados.
Desarrollo mediante la exportación
Nuestro gran desafío es el desarrollo, que puede alcanzarse impulsando un aumento acelerado de las exportaciones.
El Foro Ejecutivo nos ha presentado algunos ejemplos de experiencias nacionales de felices resultados, lo que demuestra la viabilidad del incremento de las exportaciones. Hemos aprendido que los contactos entre las instituciones nacionales son fundamentales, como también lo son los vínculos comerciales y de inversión tanto dentro como fuera de cada país, sin olvidar los vínculos con las industrias.
Naturalmente, hay lugar a consideraciones de carácter nacional y preocupaciones que conciernen a las empresas, sin hablar de las cuestiones mundiales. Con todo, las que triunfan son en definitiva las empresas que logran una competitividad global, basada en una asociación férrea entre los sectores público y privado.
Este debate nos ha enseñado que las estrategias de exportación nacionales, en particular de los países en desarrollo, deben ser objeto de una atención renovada. Las organizaciones de fomento del comercio presentes en iniciativas conjuntas de los sectores público y privado, que reciben un apoyo apropiado de los donantes y las instituciones multilaterales, pueden tener un efecto catalizador en el proceso de desarrollo impulsado por las exportaciones.
Las exportaciones son fundamentales para el desarrollo. Por consiguiente, las actividades de las organizaciones de fomento comercial deben ser consideradas no sólo pertinentes, sino esenciales en los esfuerzos de desarrollo estratégico desplegados por nuestros países.
El papel del CCI
El CCI cumple una función importante como centro de servicios especializados y punto de referencia en materia de prácticas óptimas. En la medida en que el tiempo es un factor esencial del desarrollo, el aprendizaje para generar la capacidad de fomento del comercio debe ser muy acelerado. No queda mucho tiempo para realizar experimentos, que suelen resultar muy caros. Por lo tanto, el CCI debe centrarse en acopiar los conocimientos esenciales y difundir las técnicas comerciales, mediante una asistencia técnica mejorada y programas de información pública. Para responder en forma óptima a las necesidades de sus asociados y sus clientes, el CCI deberá reforzar su condición de centro de intercambio de conocimientos y de baluarte de la defensa y promoción del comercio de los países en desarrollo.
Más adelante, sería muy interesante estudiar el tema de los recursos humanos necesarios para el fomento efectivo del comercio. Después de todo, el hombre es el factor decisivo.
Tawia Akayea es Secretario Ejecutivo del Consejo Ghanés de Fomento de las Exportaciones (se le puede escribir a: ).
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