En los países del Sur, dar cuenta de la actualidad comercial es una proeza, ya que el teatro de las operaciones y las instancias decisorias están muy lejos y las autoridades estatales no están dispuestas a compartir información.
Aun así, se espera que los periodistas sean los ojos y oídos de millones de personas que no saben lo que ocurre. Nuestro trabajo consiste en traducir la jerga técnica en un lenguaje comprensible, familiarizar a la colectividad con los debates y explicar el impacto de los acuerdos comerciales.
Reporteros especializados, nos consideramos investidos de una misión: informar para educar a la gente, instruirla sobre las decisiones que las autoridades estatales se aprestan a tomar y explicarle las repercusiones que tendrán en su vida.
En el Norte se piensa que el sistema multilateral de comercio no tiene secretos para la prensa del Sur, pero en realidad, los conocimientos son escasos y fragmentados. Concentrados en temas nacionales, los periodistas suelen tropezar con dificultades para entender el juego de los intereses internacionales respecto a cuestiones tales como el mercado mundial del café. De ahí que no se vea, pongamos por caso, el interés noticioso del impacto de los precios mundiales. Los organismos comerciales tienen que colaborar con los periodistas para que los agricultores ejerzan su derecho a la información.
Desmitificar el comercio
Si yo trabajara en el Ministerio de Comercio trataría de alentar a los periodistas a que hicieran análisis más profundos; por ejemplo, organizaría encuentros de intercambio de ideas sobre métodos para cubrir temas como las negociaciones sobre los Acuerdos de Asociación Económica (negociaciones regionales entre Europa y países de África, el Caribe y el Pacífico para sustituir el Convenio de Lomé, que deberán concluir en 2007).
El debate sobre política comercial suele ser ignorado por los grandes medios de comunicación y sigue escondido entre las páginas de publicaciones académicas y especializadas sin llegar a la opinión pública. Poco se ha hecho para interesar al ciudadano común, y el análisis de temas comerciales queda circunscrito a las reuniones de entidades estatales y organizaciones no gubernamentales (ONG). Los redactores de la prensa nacional aún no se han percatado del impacto de esta información.
En cuanto a los temas comerciales de interés para África, la cobertura es difícil, sobre todo cuando no hay reporteros especializados. En general, los medios africanos no tienen capacidad para mandar periodistas a cubrir los grandes debates. Mientras que cada agencia o grupo importante suele estar representado por varios reporteros, muchas veces he sido el único periodista del Sur presente en las reuniones de negociación. Así ocurrió, por ejemplo, en la reunión ministerial de la OMC en Hong Kong, en 2005, donde fui el único periodista de Kenya, pues la red nacional de radiotelevisión y Kenya News Agency, la agencia estatal, no estaban presentes.
Desde la lejanía del Sur, no es fácil comprender quién está promoviendo tal o cual arancel y por qué. Por otra parte, los puntos de vista del Sur están ausentes en las crónicas de las grandes agencias de noticias ya que la mayoría –Reuters, Associated Press, France-Presse (AFP), etc.– se concentra en las opiniones de los actores principales.
Para poder informar hace falta leer, investigar y tener buenas fuentes. Fácil en teoría, difícil en la práctica. Se pueden buscar datos en internet a través de “Google”, pero la información de mayor actualidad tal vez no esté allí. Además, no muchos periodistas del Sur tienen acceso a internet y, cuando lo tienen, las conexiones son tan lentas que frustran.
Otro problema reside en que el material de muchas ONG y centros de investigación y análisis pueden confundir. Saber si un centro es progresista o conservador es un verdadero rompecabezas. La mayoría se encuentra en los países del Norte y cada cual difunde sus investigaciones y afirma la superioridad de sus posturas. ¿Cómo juzgar qué información es la más pertinente?
Nuestro trabajo consiste en no omitir a ningún grupo que pueda revestir algún interés sobre un tema determinado (funcionarios, políticos, representantes de empresas, abogados y asociaciones de comercio, ONG, etc.), pero tomar contacto con cada uno para conseguir un comentario es “misión imposible”.
Entablar relaciones
Por ejemplo, entre las entidades públicas o privadas de promoción del comercio y las salas de redacción fluye muy poca información y no hay sinergia alguna. De ahí la insuficiente cobertura del comercio y las políticas comerciales, y la grave carencia de datos actualizados sobre importaciones, exportaciones o tendencias. Los periodistas podrían cumplir una función significativa ayudando al sector empresarial a encontrar nuevos mercados, pero casi nadie los consulta. Por ende, sus artículos suelen ser inconexos, complicados y a veces, obsoletos.
Los gobiernos tampoco se han mostrado dispuestos a compartir información sobre sus posturas de negociación que consideran de máximo secreto.
Una de las mayores dificultades que tuve en el plano personal fue ganar la confianza de los funcionarios de Kenya que no conocí en mi país, sino en encuentros internacionales. De otra forma, y de no haber mediado algunas copas, quizás no me hubieran acogido favorablemente una vez de regreso a Nairobi.
¿Qué hacer? Es urgente capacitar a un equipo de periodistas africanos que se ocupe exclusivamente de informar de manera más documentada sobre la globalización. Por ahora, sólo tenemos generalistas que hacen lo que pueden en una situación catastrófica que exige análisis de expertos. Esa formación también debería orientarse a las corresponsalías rurales, ya que la mayoría de las crónicas nacen allí, donde vive casi el 70% de los africanos.
¿Cómo cambiar la orientación? Debemos tratar experiencias locales y darles “rostro humano”, pero ello exige potenciar la capacidad de las salas de redacción que hoy adolecen de grandes carencias.
Por último, ¿los periodistas del Sur deberíamos tomar partido o limitarnos a informar? En principio, los periodistas no deben actuar con parcialidad, pues de lo contrario se les acusará de favorecer a las ONG o estar a su servicio. Pero ignorar el contenido de los debates cruciales es peor. Tomar partido y suscitar un debate es preferible a quedarse en su escritorio y escribir banalidades.
Para nosotros del Sur, la pobreza es una realidad. Las negociaciones comerciales no son cuestión de estadísticas, sino de personas que viven, caminan y sobreviven. Tenemos que informar sobre todas ellas y, a la vez, ponerles al tanto de aquello que ocurre en el mundo y desconocen. Tal es la función de los periodistas del Sur.
John Kamau (), Redactor Adjunto del Nation Media Group, Nairobi, Kenya.