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Qué piensan los empresarios de los Acuerdos de la OMC sobre las tecnologías de la información
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Tecnologías de la Información
© Centro de Comercio Internacional

Pocas industrias influyen hoy con tanta fuerza en el ritmo de los cambios sociales y económicos como las tecnologías de la información (TI). Los Acuerdos de la OMC sobre dichas tecnologías y sobre los servicios básicos de telecomunicaciones, adoptados en 1997, apuntan a liberalizar las actividades en estos campos a fin de estimular el crecimiento económico en el siglo XXI. Para conocer las reacciones suscitadas por estos Acuerdos, el CCI llevó a cabo una encuesta entre más de 600 dirigentes de empresa y autoridades gubernamentales, tanto de países industrializados como de países en desarrollo. En el presente artículo, adaptado de la publicación del CCI El Comercio de Productos de Tecnología de la Información y los Acuerdos de la OMC, se destacan las oportunidades y también las dificultades comerciales que conllevan estas nuevas tecnologías.

En 1997, las exportaciones de tecnología de la información (TI) superaron las exportaciones combinadas de la agricultura, los automóviles y los textiles. El ritmo de crecimiento de esta industria, que 20 años antes apenas iniciaba sus pasos, ha sido sin duda fulgurante.

La industria de la TI puede dividirse en tres sectores principales:

• Alta tecnología. Computadoras de gama superior, tecnología de obleas semiconduc-toras de silicio, conmutadores digitales de gran capacidad, programas informáticos, componentes microelectrónicos y complejas instalaciones de fabricación.

• Producción masiva. Computadoras personales, terminales, módems, componentes, montaje de semiconducto-res, equipo de transmisión de datos.

• Recursos humanos altamente calificados. Investigación y desarrollo, aplicaciones y servicios de informática, reparación, mantenimiento, instalación y puesta en servicio.

Las exportaciones de TI consisten principalmente en artículos de procesamiento electrónico de datos (37%), semiconduc-tores (20%), otros componentes (20%) y telecomunicaciones (10,6%).

Un mercado lucrativo

En 1997, las exportaciones mundiales de productos de TI se elevaron a un total de US$ 681.000 millones, y las importaciones se estimaron en US$ 618.000 millones. En 1998, el valor estimado del mercado total de los equipos comprendidos en el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC fue de más de US$ 1 billón. Dicho mercado está creciendo rápidamente, encabezado por el sector de las computadoras; también es intenso el ritmo de crecimiento de los sectores de la programación y el material informático. Los semi-conductores y los equipos de telecomunicaciones y de fabricación de semiconductores ofrecen hoy considerables oportunidades de mercado.

Líderes del mercado

Los principales exportadores son la Unión Europea (UE), los Estados Unidos y el Japón. La UE y los Estados Unidos son también grandes importadores. El Japón, la República de Corea, Singapur, la Región Administrativa Especial de Hong Kong, Malasia, México y Tailandia son exportadores netos, mientras que la UE, Canadá y los Estados Unidos son importadores netos.

A los Estados Unidos, Japón y los países de la UE corresponde más del 80% del mercado mundial y una proporción considerable de la producción y las exportaciones mundiales. Las empresas de estos países ocupan una posición dominante en el mercado de la TI, tanto en el sector de los semiconductores como en las telecomunicaciones, los equipos y programas informáticos y la maquinaria de fabricación de semiconductores.

Todos los países en desarrollo que han logrado conquistar un lugar significativo en el mercado internacional de productos de TI se encuentran en Asia sudoriental: Singapur, China, Malasia, Filipinas, República de Corea, Tailandia, la Región Administrativa Especial de Hong Kong y la Provincia de Taiwán (China).

Las corporaciones transnacionales (CT) representan una porción considerable de los mercados, la producción y las inversiones en este sector de alto nivel de conocimientos especializados. En 1997, 22 de las 100 principales CT se encontraban en el sector de la electrónica. De esas 22 corporaciones, ocho tenían su casa matriz en los Estados Unidos, ocho en la UE y seis en el Japón. Las empresas basadas en los Estados Unidos lideraban los sectores de las computadoras de gama superior, los semiconductores, las telecomunicaciones, los programas informáticos y el equipo de fabricación de semiconductores.

La mundialización ha desencadenado la desaparición progresiva de los mayoristas. Las grandes CT, que dominan la producción, cuentan con sus propias estructuras de comercialización, alianzas mercantiles estratégicas y distribuidores autorizados. Los supermercados, las compañías de venta por correspondencia, los integradores de sistemas y el comercio electrónico por medio de la internet están cobrando una importancia cada vez mayor en este mercado caracterizado por su intensa competitividad.

Oportunidades para los países en desarrollo

Las manufacturas y los sectores con un alto coeficiente de personal calificado seguirán deslocalizando su producción en busca de una mayor rentabilidad. Los países desarrollados conservarán probablemente las competencias técnicas tecnológicas más avanzadas, pero los países en desarrollo tendrán posibilidades en los sectores que subcontratan parte de sus actividades o en segmentos que requieren personal altamente calificado, como la investigación y desarrollo (I+D), los programas y servicios informáticos, la instalación, puesta en servicio, reparación y mantenimiento, y la producción de componentes. Muchos países asiáticos se han posicionado adecuadamente para aprovechar las posibilidades existentes en la producción masiva.

La TI se caracteriza por su gran intensidad de conocimientos y rápida obsoles-cencia. Los ciclos de vida de los productos son cortos, a veces inferiores a un año. Las empresas de los Estados Unidos, el Japón, la UE y otros de los países más avanzados mantienen su ventaja tecnológica, y han invertido considerables recursos en I+D, actividades a las que las empresas más importantes dedican cerca del 8% de la cifra de negocios. Para conservar su superioridad tecnológica, las grandes compañías recurren también a estrategias de adquisición o fusión, lo que les permite aumentar su competitividad.

En todo caso, el mercado mundial para los productos de la TI ofrece oportunidades para los países en desarrollo en los siguientes sectores: programas informáticos, fabricación subcontratada (equipo), telecomunicaciones, semiconductores y nuevas tecnologías.

• Programas informáticos. Se ha previsto un rápido crecimiento de este sector, que representa un 48% del mercado total de la TI. Debido a su gran intensidad tecnológica, la creación de programas necesita un personal altamente calificado, que hoy escasea en todo el mundo. Las conexiones de gran velocidad para la comunicación de datos han permitido el desarrollo de actividades de concepción de programas en países distantes. En otras palabras, hoy es posible aprovechar las competencias técnicas de los recursos humanos allí donde se encuentren, y compartir la capacidad de computadoras instaladas en distintos lugares del mundo. Filipinas, la India, Irlanda y Pakistán han tomado iniciativas para asegurar que sus industrias de fabricación de programas conquisten mayores porcentajes del mercado mundial de los software o soportes lógicos.

• Subcontratación de la fabricación electrónica. El mercado de la fabricación subcontratada de productos electrónicos está creciendo con mayor rapidez que el mercado del sector electrónico en su conjunto. En los Estados Unidos, la subcontratación se rige según criterios flexibles. En el Japón, en cambio, es corriente que la fabricación de componentes o piezas subensambladas se encomiende sólo a algunos fabricantes acreditados. En Europa, empresas como Siemens, Alcatel, Ericsson y Philips se han propuesto establecer acuerdos de subcontratación para la fabricación de sus productos en Asia, a fin de reducir costos y aumentar su competitividad. Algunas empresas de la República de Corea están instalando unidades de producción centradas en el montaje, en países con salarios más bajos, como la India, Pakistán y Tailandia.

• Telecomunicaciones. Muchos países en desarrollo están liberalizando su sector de telecomunicaciones, lo que abre amplios mercados en la infraestructura de las telecomunicaciones tradicionales y también en la telefonía celular y la prestación de servicios de valor añadido.

El sector de las telecomunicaciones básicas ofrece grandes perspectivas comerciales, pues para su desarrollo se necesitarán grandes cantidades de equipo de conmutación, transmisión y terminales, así como la infraestructura propia de las comunicaciones celulares. También se abrirá un mercado laboral inmediato para el personal técnico calificado.

• Semiconductores. Es uno de los sectores de más rápido crecimiento, liderado tecnológicamente por los Estados Unidos y el Japón. Los países en desarrollo han atraído la instalación de grandes unidades de montaje de semiconductores, a cargo de las etapas finales del proceso de producción, como el embalaje y el almacenaje en depósitos de aduana. El potencial de agregación de valor en este campo es inmenso.

• Nuevas aplicaciones. La internet ha abierto nuevos cauces para aplicaciones en el comercio electrónico, el intercambio electrónico de datos, la administración electrónica y la gestión de redes. Los programas de aplicación basados en el lenguaje Java se están incorporando a casi todos los sistemas operativos. Los sistemas de arquitectura abierta están sustituyendo a los sistemas tradicionales sujetos a derechos de propiedad, lo que permite disponer de aplicaciones capaces de funcionar en distintas plataformas. Todo esto facilitará la extensión de la informática en todo el mundo y creará oportunidades para el suministro de equipo y la concepción de programas y aplicaciones.

Acuerdos pertinentes de la OMC

El sistema de la OMC, producto de la serie de negociaciones comerciales conocidas como Ronda Uruguay (1986-1994), se sustenta en tres instrumentos jurídicos esenciales, todos ellos relacionados con el sector de la TI: el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT 1994), que establece las normas multilaterales aplicables al comercio de bienes; el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), que define un marco para la liberalización del comercio de servicios, y el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), que fija normas uniformes en la materia.

Hay otros Acuerdos del GATT 1994 que revisten un interés especial para el sector de la TI, como, por ejemplo, el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (aspectos de certificación) y los relativos a la Valoración en Aduana, las Subvenciones y Medidas Compensatorias, las Prácticas Antidumping y la Contratación Pública. El Acuerdo sobre los ADPIC tiene muchísima importancia para los sectores de la programación y los semiconductores; en cuanto a la fabricación, los servicios de telecomunicaciones y el fomento de un comercio equitativo, se destaca el Acuerdo sobre las Medidas en materia de Inversiones relacionadas con el Comercio (MIC).

Desde la conclusión de la Ronda Uruguay, se han firmado otros dos Acuerdos sectoriales negociados en el marco del Consejo del Comercio de Servicios: el Acuerdo sobre los Servicios Básicos de Telecomunicaciones (SBT) y el Acuerdo sobre Tecnología de la Información (ATI). La importancia del SBT y el ATI reside en que marcan la preeminencia de los acuerdos multilaterales por sobre los acuerdos bilaterales en el sector de la información y las comunicaciones. Asimismo, han fijado el marco de las reformas nacionales en curso, lo que hace más difícil todo retroceso en cuanto a las facilidades de acceso a los mercados obtenidas hasta ahora.

Acuerdo sobre los Servicios Básicos de Telecomunicaciones

Firmado en febrero de 1998, el SBT tiene por objeto liberalizar el comercio de las telecomunicaciones básicas y capacitar a los países para aprovechar las ventajas de la tecnología, mediante la apertura de los mercados nacionales a la competencia internacional. En particular, deberían extenderse los sistemas digitales y los servicios de telefonía celular, los satélites de comunicaciones en órbita baja y los servicios de agregación de valor, como las videoconferencias, videoteléfonos y aplicaciones multimedia. (El Acuerdo figura en el Cuarto Protocolo anexo al AGCS.)

Según Ben Petrazzini, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, los perjuicios que sufrirán las compañías nacionales de telecomunicaciones a raíz de la apertura de los mercados serán mucho menores que lo vaticinado por la mayoría de los especialistas. A pesar de la reducción de sus partes de mercado, el volumen global de sus actividades crecerá, con el consiguiente aumento de los ingresos y utilidades. También aumentará el empleo global en los segmentos más competitivos del mercado. Ahora bien, estas conclusiones se originan en la experiencia de empresas que han conocido una escasa competencia a nivel local, y los efectos de una apertura total del mercado a las empresas extranjeras son todavía inciertos.

Para los consumidores, los beneficios serán considerables, pues los precios de los servicios de larga distancia e internacionales se reducirán inevitablemente, y con ello también bajarán los costos nacionales de la producción y las actividades relacionadas con el comercio. En cambio, es muy probable un aumento de los precios de los servicios locales, lo que perjudicará a los consumidores residentes. La baja de los precios de los servicios y del material deberían estimular la demanda de ambos sectores, ofreciendo así grandes posibilidades para las industrias y economías nacionales. Sin embargo, la apertura a los proveedores extranjeros de servicios y de equipo conlleva algunos inconvenientes, como explica el Sr. Petrazzini. Para varios países en desarrollo que se empeñan en respaldar el crecimiento de los proveedores nacionales de servicios de información y comunicación, las perspectivas de la apertura de los mercados a las grandes empresas son poco alentadoras. Algunos fabricantes de equipo lograrán sobrevivir a la competencia y ampliarán sus operaciones fuera de las fronteras nacionales. Muchos, por el contrario, serán absorbidos por empresas más grandes o cesarán sus actividades.

Acuerdo sobre los productos derivados de la Tecnología de la Información

El ATI, que entró en vigor en marzo de 1997, estipula que los Estados parte deben eliminar los aranceles y otros derechos y gravámenes sobre los productos de la TI, a más tardar en 2000 y con arreglo al principio de la nación más favorecida (NMF). La supresión de los aranceles permitirá realizar ahorros anuales estimados entre US$ 50.000 millones y US$ 100.000 millones, en un contexto de apertura de los mercado a los productos de TI.

El parecer de los empresarios

Para conocer el punto de vista del sector privado y las autoridades sobre los Acuerdos de la OMC, el CCI entrevistó a más de 600 representantes empresariales y funcionarios de Alemania, China, República de Corea, Filipinas, India, Japón, Malasia, Pakistán, Reino Unido, Singapur y Tailandia. Dichas opiniones se contrastaron y confirmaron posteriormente en mesas redondas organizadas por el CCI en Armenia, República Checa, Eslovenia, Filipinas, India, Malasia, Pakistán, Polonia, Federación de Rusia y Tailandia.

Por lo general, los exportadores saben muy poco acerca de los Acuerdos. Algunos señalaron que les costaba comprender plenamente el lenguaje utilizado en los Acuerdos y sus implicaciones.

Para las grandes empresas, los Acuerdos son muy provechosos. Las PYME, en cambio, temen por su competitividad y perspectivas de crecimiento, y creen que tal vez se verán obligadas a reposicionarse como proveedoras de servicios con valor añadido, como la integración de sistemas, la personalización de las prestaciones y los servicios de posventa. También piensan que es indispensable intensificar el diálogo entre el empresariado y las autoridades.

En los países menos adelantados se valora sobre todo la reducción del costo de los productos, como resultado de la integración de los mercados mundiales.

Inversiones extranjeras directas en la electrónica: Una estrategia para países en desarrollo

He aquí los consejos recogidos por el CCI en algunos países en desarrollo de Asia:

• Adoptar un programa de fomento orientado a la exportación. Los mercados locales de los países en desarrollo son limitados.

• Eliminar los obstáculos a las IED, como las restricciones a la propiedad extranjera. Casi todos los países en desarrollo recurren a las IED para adquirir recursos tecnológicos y de capital.

• Planificar a largo plazo el desarrollo de industrias electrónicas autosuficientes. Si no se toman iniciativas nacionales de I+D, la dependencia excesiva de la transferencia tecnológica podría ser ineficaz. La tecnología es cada vez más compleja y las medidas de protección de su propiedad, más estrictas.

• Estimular la divulgación de las tecnologías, esencial para aprovechar al máximo su potencial.

• Promover enérgicamente la adopción de políticas de apoyo a las industrias electrónicas viables.

• Ofrecer incentivos a la transferencia de tecnologías, competencias y fondos a las PYME, por medio de la cooperación técnica, empresas mixtas o acuerdos de producción con licencia de empresas extranjeras.

• Fomentar el comercio entre empresas extranjeras y nacionales. Por ejemplo, crear bancos de datos informatizados sobre las compañías capaces de cooperar con empresas extranjeras.

• Tras la primera etapa de adquisición de tecnologías por transferencia, dar prioridad al desarrollo de la capacidad tecnológica por absorción y perfeccionamiento.

• Conseguir la participación del Estado en I+D. La experiencia de Europa, los Estados Unidos y el Japón ha demostrado el papel esencial de los poderes públicos. La I+D en la electrónica exige considerables inversiones, sujetas a un grado de riesgo considerable. Las autoridades deberían aplicar un programa sistemático de fabricación local de piezas y componentes y de desarrollo de tecnologías básicas, y ayudar a conseguir partes de mercado. En un comienzo, los gobiernos deben adoptar políticas que generen una demanda local; los mercados nacionales son esenciales para poner a prueba los productos de base tecnológica antes de lanzarlos en el mercado mundial.

• Ampararse en el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias, de la OMC, que admite algunas circunstancias especiales para la concesión de subsidios, en especial en los países con un ingreso por habitante inferior a US$ 1.000

El CCI promueve los mercados para la TI en Europa Oriental

De noviembre de 1999 a marzo de 2000, el CCI organizó cinco mesas redondas empresariales e impartió formación a más de 200 exportadores de TI y representantes de industrias afines de la República Checa, Armenia, Polonia, Rusia y Eslovenia. Estas actividades se sustentaron en las investigaciones de terreno en que se basó El Comercio de Productos de Tecnología de la Información y los Acuerdos de la OMC, y contribuyeron al establecimiento de una red regional e internacional que promoverá oportunidades comerciales y alianzas estratégicas. Además, estimularon a los exportadores de TI de estos países a compartir sus preocupaciones y necesidades. El CCI está preparando un documento técnico para difundir los resultados de estas actividades, además de los perfiles de cinco países con potencial exportador de TI.

Para más detalles, diríjase a Nikolai Sëmine, Oficial Superior de Desarrollo de Mercados del CCI .

Artículo adaptado de El Comercio de Productos de Tecnología de la Información y los Acuerdos de la OMC, obra publicada por el CCI.


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