Los variados gustos del consumidor
Los tapices o tapetes amovibles han recuperado el favor del público al ir en aumento el uso de la madera y la baldosa en los suelos, luego del auge de las alfombras de muro a muro o moquetas hace algunos años.
Los propietarios de viviendas exigen ahora una oferta más variada de alfombras de diferentes estilos, textura, diseño y colores, adaptados a sus gustos y modo de vida. Apartándose de los rojos, azules y otros colores fuertes tradicionales, suelen optar por tonos más suaves y matizados, de acuerdo con las tendencias de la decoración moderna.
Hoy, la moda consiste en armonizar el mobiliario y las alfombras, combinando en forma casi ilimitada diseños y textiles. Los tapices ayudan a romper la monotonía de la decoración de interiores. Los kilims son preferidos para ambientes rurales, como las casas de campo y playa, mientras que las alfombras tradicionales dan un «toque» elegante al mobiliario urbano, ya sea de estilo moderno o clásico.
Revalorización de un «patrimonio cultural»
En los últimos años, se ha registrado una oferta creciente de tapices manufacturados de bajo costo, imitaciones de los kilims y las alfombras hechas a mano. Los exportadores de alfombras tradicionales se han visto en la necesidad de «revalorizar» sus productos y reivindicar su carácter de «símbolos de un patrimonio cultural» y de práctica ancestral adaptada a las exigencias del mercado moderno. Estos productos tradicionales se singularizan por su belleza y por la larga historia y tradición cultural que representan, lo que explica su enorme prestigio.
Las alfombras y kilims hechos a mano ocupan los segmentos superiores (y a veces intermedios) del mercado. Los compradores de alfombras tradicionales buscan hacer una inversión a largo plazo, basada en sus calidades estéticas y su durabilidad. Los productores deberían esforzarse por explicarles que con su compra contribuyen también a preservar el acervo artesanal de las regiones productoras y a estimular el uso de materias primas ecológicas.
El respeto de determinadas normas y reglamentos (incluso de carácter voluntario) puede ser una ventaja para los productores y expor-tadores de alfombras. Por ejemplo, el sello RUGMARK garantiza a los consumidores que en la confección de las alfombras no se ha usado mano de obra infantil. Varias organizaciones patrocinan «etiquetas ecológicas», que certifican que en la fabricación de los productos respaldados se han empleado materias primas y procedimientos favorables al medio ambiente. Por ejemplo, EKO (véase el recuadro) es una etiqueta ecológica atribuida por Skal, organismo internacional con sede en los Países Bajos que se ocupa de la certificación de productos de origen agrícola (como el algodón).
La promoción genérica
Los interesados pueden conjugar sus fuerzas en campañas de promoción genérica, con el objeto de sensibilizar al consumidor sobre el mayor valor de las alfombras y kilims artesanales con respecto a los productos manufacturados. De hecho, las asociaciones sectoriales y los grandes mayoristas de los mercados destinatarios están colaborando estrechamente con las asociaciones de exportadores y distribuidores de los países productores, por ejemplo, promoviendo folletos, sitios web y exposiciones en que se informa al público sobre los méritos de las alfombras y kilims tradicionales.
Negocios rentables en la internet
La red puede ser de considerable ayuda, como medio de comercialización, para los productores y exportadores de países en desarrollo. No obstante, a éstos les conviene estudiar con realismo qué posibilidades tienen de sacar beneficios económicos concretos de la internet, sin dejarse deslumbrar por su simple presencia en una estructura de tanto potencial. Es muy probable que las primeras ventas, basadas en imágenes y descripciones de los productos, no sean muy importantes. Cuando se negocian artículos tradicionales, nada es más fiable que la vista y el tacto del propio comprador experimentado.
La internet puede ayudar a los productores a:
• efectuar estudios de mercado en línea (por ejemplo, en los sitios mencionados en este artículo);
• concebir y adaptar diseños a distancia, transmitiendo electrónicamente los bocetos entre compradores, diseñadores o productores;
• registrar electrónicamente los pedidos, luego de establecido el contacto;
• dar información genérica sobre alfombras y kilims, y
• presentar datos básicos sobre las empresas y sus productos.
Los portales de la red, que agrupan a empresas de una región o país, pueden ser una alternativa eficaz para optimizar la utilización de la internet por los productores.
¿Alfombra artesanal o industrial? Una cuestión «peliaguda».
La inexactitud de los datos comerciales relativos a las alfombras tejidas o anudadas a mano es un verdadero rompecabezas para el fomento de su exportación. Son muy escasos los sistemas estadísticos que distinguen entre la producción artesanal y la manufactura. Por ende, las alfombras fabricadas en telares mecánicos y las tejidas en telares manuales se confunden en una misma categoría. (Los kilims son unos de los pocos productos artesanales clasificados específicamente como tejidos a mano en el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías (SA), la nomenclatura comercial internacional más utilizada.)
El acopio, análisis y comparación de datos nacionales, regionales e internacionales sobre la producción artesanal de alfombras serán posibles sólo cuando exista un sistema internacional de codificación comercial y aduanera especial para estos artículos.
El CCI y la Organización Mundial de Aduanas están preparando conjuntamente una sección sobre productos artesanales que figurará en el SA. En el marco de este proyecto, el CCI creó un grupo de trabajo sobre codificación aduanera de la artesanía, integrado por algunas organizaciones artesanales de África, Asia, Europa, América Latina y los Estados Unidos.
En 1998, el CCI llevó a cabo consultas sobre el tema entre organizaciones vinculadas al comercio de artesanía. Éstas manifestaron que el establecimiento de estadísticas por separado podría servir para inducir a las instituciones financieras a invertir en el sector artesanal, y ayudaría a las autoridades encargadas de la planificación. Por ejemplo, al disponer de datos precisos se podría facilitar el intercambio intrarregional de productos artesanales o reclamar un trato preferencial para los mismos. Según Emmanuel Velasco, Presidente de la Comisión de Aranceles Aduaneros de Filipinas, «la codificación por separado de los productos artesanales facilitará... la interpretación del rendimiento comercial de la artesanía en el mercado internacional [y] servirá de base para orientar correctamente las políticas económicas».
Según Tewolde Woldemichael, Director General del Departamento de Comercio del Ministerio de Comercio e Industria de Eritrea, dicha iniciativa redundará en beneficios para las pequeñas empresas. «En nuestro caso, esperamos que estimule el desarrollo de las actividades empresariales de pequeña escala abiertas a las mujeres.»