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Los textiles y las prendas de vestir después de 2005
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© Centro de Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No. 2/2003

Según algunos expertos, en 2005-2006 los principales compradores de textiles y prendas de vestir reducirán a la mitad el número de sus países proveedores. Para los países y empresas productoras se tratará, entonces, de seguir figurando entre las fuentes de abastecimiento más importantes de estos compradores. A continuación analizamos los cambios que se preparan en el mercado y en especial las medidas que los gobiernos y los exportadores pueden adoptar desde ya para evitar perjuicios futuros.

El Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido (ATV) expirará el 31 de diciembre de 2004, y junto con él desaparecerá el sistema de contingentes para el comercio internacional de estos productos. Como es lógico, el comercio del sector se transformará radicalmente en 2005, al quedar plenamente integrado en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de la OMC (GATT), y desaparecer todos los contingentes.

Los aranceles serán entonces el único mecanismo de entrada en los mercados. Pero los Miembros de la OMC estudiarán además la eventual reducción de los aranceles – incluida la reducción de las crestas arancelarias, los aranceles elevados y la progresividad arancelaria –, prevista en el Programa de Doha para el Desarrollo. Los mercados actuales, cuyas características son las ventajas comparativas artificiales y el comercio administrado, se reorganizarán como consecuencia del papel dominante que las fuerzas del mercado tendrán en el sector. Esta mutación de las condiciones básicas del mercado afectará considerablemente las exportaciones de muchos países en desarrollo y economías en transición, cuyo ingreso nacional depende en gran medida de la exportación de prendas de vestir.

Países como Camboya, Bangladesh y Nepal, cuyas exportaciones de prendas de vestir representan, respectivamente, el 85%, 75% y 40% del total de las exportaciones de mercancías, tienen que esforzarse por conservar, al menos en parte, sus mercados actuales. De lo contrario, serán afectados por altos niveles de desempleo y pobreza. De hecho, todos los países en desarrollo podrían ser gravemente perjudicados por la liberalización del comercio de textiles y prendas de vestir si no se preparan adecuadamente para afrontar los cambios inminentes en el comercio y los mercados. En vez de ganar nuevos mercados de exportación – lo que esperaban lograr gracias a las negociaciones de la Ronda Uruguay – muchos podrían perder los mercados que ahora tienen, pérdidas que quizás vayan en detrimento del Programa de Doha para el Desarrollo. Los países y las empresas deben prepararse para afrontar esta nueva realidad en el comercio de los textiles y las prendas de vestir.

Ganadores y perdedores

Aunque es imposible trazar un panorama exacto de lo que será el mercado mundial de los textiles y las prendas de vestir después de 2004, algunos indicadores permiten suponer quiénes serán los posibles ganadores y perdedores en la etapa de supresión progresiva de los contingentes. En particular, hay tres indicadores importantes:

  • Utilización de los contingentes. Es muy probable que los países que sigan usando íntegramente sus contingentes hasta 2005 incrementen sus exportaciones ulteriormente. Los países que no llegan a completar sus actuales contingentes tendrán seguramente dificultades para beneficiarse de la apertura de los mercados. Por ende, es esencial controlar el aprovechamiento de los contingentes. Dado que hoy sólo los aplican el Canadá, la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos — 1.007 contingentes en total — esta tarea de control parece factible.

  • Aprovechamiento de las categorías liberalizadas. Los cambios producidos a raíz de la liberalización de ciertas categorías de productos en enero de 2002, en el marco de la tercera etapa del ATV, dan una idea de la posible evolución futura. Los Estados Unidos integraron siete categorías de productos en la OMC, aboliendo así los contingentes y suscitando enormes cambios en los flujos comerciales. China aumentó considerablemente sus exportaciones hacia los Estados Unidos en todas las categorías liberalizadas, a veces en proporciones de varios cientos de puntos porcentuales. Aunque otros países también aumentaron sus exportaciones en algunas categorías, sólo China lo logró en todas, a menudo en detrimento de los países centroamericanos y caribeños y de otros pequeños productores que perdieron partes de mercado.

  • Masa crítica de las exportaciones. Los países en desarrollo no sujetos a restricciones contingentarias deberán afrontar una fuerte competencia a la que no estaban habituados. Para aquéllos que en la actualidad no exportan en cantidades significativas será aún más difícil implantarse o conservar su lugar en los mercados mundiales, y la masa crítica de las exportaciones se convertirá en un aspecto decisivo. En efecto, los grandes compradores internacionales no suelen abastecerse en países que tienen pocas empresas proveedoras activas en el mercado mundial.

    Los retos de la nueva realidad comercial

    A medida que el sector de los textiles y las prendas de vestir se vaya integrando plenamente en la OMC/GATT, las empresas y los países que primero se adapten a las dificultades del nuevo mercado estarán mejor armados para afianzar sus posiciones. Los resultados puramente económicos y la buena gestión de las ventajas competitivas contarán mucho más que antes. A continuación, nos referimos a los pautas, tendencias y principios que probablemente predominarán en este nuevo mercado:

    Mercados en expansión

    Al desaparecer las limitaciones cuantitativas al comercio, el mercado se ampliará y surgirán nuevas posibilidades de implantación. En un contexto de competencia cada vez más intensa, y de posible desaceleración del crecimiento en Europa, América del Norte y el Japón, están surgiendo nuevos mercados en los países de altos ingresos de Asia Sudoriental y también entre los sectores de ingresos elevados y medios de los países en desarrollo de mayor tamaño. Estos nuevos mercados serán metas importantes para los futuros productores de vestido.

    Mercados que desaparecen

    A corto y medio plazo, Europa y América del Norte seguirán siendo los mercados más importantes para las prendas de vestir, con dos tercios de las importaciones mundiales. Sin embargo, la supresión de los contingentes implicará para muchos países pequeños la pérdida de sus mercados garantizados. Según estudios del Departamento de Comercio de Estados Unidos, citados en su informe al Grupo Parlamentario sobre la industria textil, los principales compradores reducirán a la mitad el número de países proveedores para 2005-2006, y a un tercio para 2010. El reto que se plantea es cómo seguir siendo un proveedor importante para los compradores.

    Baja de los precios

    Desde 1996, en los Estados Unidos se ha registrado una baja continua de los precios de los textiles y prendas de vestir importados. Esta tendencia, que también se ha observado en Europa, Japón y muchos otros mercados, debería mantenerse al calor de las actuales condiciones de sobreabastecimiento y liberalización, lo que podría acarrear un deterioro en la relación de intercambio de los países en desarrollo.

    Mosaico de acuerdos

    Dando curso al ATV, los principales países compradores han acordado concesiones específicas que reconocen las ventajas comparativas de algunos países. Esta tendencia se ha traducido en una regionalización del comercio de textiles y prendas de vestir, y en la aparición de un complejo mosaico de acuerdos sobre comercio internacional. Esto explica las grandes dificultades que las pequeñas y medianas empresas (PYME) de países en desarrollo que exportan prendas de vestir tienen para determinar si son o no competitivas frente a los grandes exportadores. Al ir desapareciendo los contingentes, se han multiplicado las concesiones, con lo que el comercio se ha hecho mucho más complicado que antes.

    Derechos antidumping y derechos compensatorios

    Es probable que aumente la aplicación de derechos antidumping y derechos compensatorios, lo que será una real amenaza para los países en desarrollo exportadores. Las medidas antidumping podrían reducir drásticamente los beneficios de la liberalización, debido a su falta de transparencia y previsibilidad. El mero anuncio de la posible apertura de investigaciones puede “enfriar el entusiasmo” de los compradores y hacer que éstos se abstengan de cursar pedidos de exportación ante la incertidumbre sobre la cuantía de los posibles derechos antidumping.

    Mientras que los países en desarrollo y círculos de expertos manifiestan su preocupación, los industriales de Estados Unidos y la UE, por intermedio de sus grupos de presión, reclaman la aplicación de estos derechos, ya que consideran que muchos productos se exportan a precios de dumping. Para conocer estudios de caso sobre la forma en que las medidas antidumping han afectado las exportaciones de textiles y prendas de vestir de los países en desarrollo, consulte el sitio web del International Textiles and Clothing Bureau (http://www.itcb.org).

    Más controles aduaneros

    Los fabricantes de textiles y prendas de vestir son objeto de controles aleatorios por los servicios de aduana, con el fin de evitar las operaciones de reexpedición. Si una empresa no presenta la información solicitada, los servicios de aduana la excluyen automáticamente de la lista de empresas autorizadas a exportar mercancías hacia los Estados Unidos o la UE. Se prevé un aumento de las visitas de inspección de productos hasta 2005. Por otra parte, las medidas de seguridad más estrictas aplicadas desde el 11 de septiembre de 2001 también podrían perjudicar las exportaciones de los países en desarrollo.

    Aparición de normas éticas

    La utilización de trabajo infantil es un problema que preocupa al conjunto de los mercados. Numerosas organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y los sindicatos se han movilizado para erradicar su explotación en la fabricación de prendas de vestir, sensibilizando a las principales categorías de consumidores. También están ejerciendo presión sobre los compradores internacionales a fin de que estos exijan un abastecimiento “éticamente correcto”. Los grandes compradores y grupos de distribución han respondido introduciendo códigos de conducta empresarial. Estas normativas de carácter ético se están imponiendo a todos los proveedores de países en desarrollo, e incluso a los subcontratistas. Los grandes compradores internacionales aplican rigurosamente estas normas, ya que no pueden permitirse tener “mala prensa” en este plano.

    ¿Es el ecoetiquetado una nueva barrera?

    Los productores de textiles y prendas de vestir de países en desarrollo se ven cada vez más obligados a acatar los requisitos de ecoetiquetado. Éste sirve primordialmente para la comercialización orientada hacia mercados especializados. Se teme que el acceso a los mercados de los países desarrollados se reduzca considerablemente si los consumidores impulsan campañas de boicot de los productos que no lleven ecoetiquetas, y si los industriales nacionales proteccionistas emprenden campañas publicitarias agresivas. Pero sobre todo hace falta mayor transparencia para asegurar que las ecoetiquetas no se conviertan en una nueva barrera comercial.

    Cómo prepararse para el nuevo mercado

    Es posible que los cambios en el sector de los textiles y las prendas de vestir traigan consigo más riesgos y dificultades que nuevas oportunidades, en particular para los exportadores más pequeños de los países en desarrollo y economías en transición. Hay que prepararse cuidadosamente para controlar dichos riesgos y tomar iniciativas de captación o conservación de mercados.

  • Diseñar un plan de acción. Los países deben definir un enfoque estratégico para afrontar los problemas señalados. La unidad entre los actores del sector privado y el sector público es decisiva a la hora de concebir respuestas. Por una parte, el gobierno debe crear un entorno propicio, y por otra, las empresas deben preparar la respuesta de la oferta a las exigencias del mercado. Juntos, necesitan establecer un sistema de observación del comercio de textiles y prendas de vestir adaptado a la constante evolución de la economía. Para conservar el interés de los compradores internacionales, es necesario contar con una ‘masa crítica nacional’. Ninguna empresa por sí sola puede desempeñar ese papel.

  • Movilizar a las empresas. La supresión paulatina de los contingentes para los textiles y las prendas de vestir debe colocarse en el contexto del Programa de Doha para el Desarrollo. La fecha prevista para la conclusión de las negociaciones coincide con el plazo fijado para la supresión de los contingentes. Las deliberaciones de Doha incidirán en el comercio de textiles y prendas de vestir. La Ronda Uruguay y la aplicación del ATV mostraron que el sector de los textiles y las prendas de vestir debía movilizarse activamente para dar a conocer sus puntos de vista e inquietudes a las autoridades, a fin de que las negociaciones respondan a los intereses de la comunidad empresarial. La desaparición de los contingentes es un hecho, pero los países deben velar por que las barreras comerciales suprimidas no sean sustituidas por otras. Asimismo, los países en desarrollo y las economías en transición recientemente incorporadas a la OMC deben estar seguros de disponer de una alianza público-privada a favor del Programa de Doha para el Desarrollo, si quieren evitar la decepción que tuvieron con el ATV.

  • Reforzar las asociaciones sectoriales. Al acercarse 2005, el apoyo de nivel medio cobrará una importancia creciente. A pesar de la desaparición de los contingentes, el comercio de textiles y prendas de vestir se hará más complejo y engorroso. Para lograr respuestas prácticas, las asociaciones de fabricantes de textiles y prendas de vestir, de acuerdo con las autoridades, tendrán que asumir más responsabilidades, como el cumplimiento de las normas laborales, la gestión de los contingentes y el funcionamiento de los almacenes bajo control aduanero.

  • Comprender a la competencia. Las empresas deben crear mecanismos que les permitan comparar su rendimiento con el de competidores de otros países. Una de las dificultades del régimen de contingentes consiste en que muchos fabricantes no tienen cómo comparar su producción con la de los competidores. Muchas empresas — especialmente las PYME de los países en desarrollo — no saben a ciencia cierta si tienen o no la capacidad para competir con éxito en un mundo sin contingentes.

  • Concebir estrategias de abastecimiento. Una mejor gestión de la cadena de valor puede reducir costos y aumentar la flexibilidad. Disponer de una amplia base de aprovisionamiento puede ofrecer un mayor margen para conseguir tejidos más baratos, con la calidad y el diseño que los compradores deseen. Tal flexibilidad será un factor de competitividad decisivo en el futuro. Al optimizar la cadena de aprovisionamiento también se reducirán los plazos de comercialización. Aunque las decisiones sobre abastecimiento se adoptan en el nivel microeconómico, los gobiernos pueden facilitarlas apoyando las iniciativas de comercio regional. La cooperación regional con miras a fortalecer las cadenas de abastecimiento presenta dos ventajas: en primer lugar, el abastecimiento regional acorta los plazos de entrega, y en segundo, la cooperación permite que los países aprovechen al máximo los mecanismos de acceso preferencial que ahora dan prioridad a las agrupaciones regionales y nacionales. Algunos países en desarrollo han tratado de crear su propia industria de fabricación de tejidos, prefiriendo la integración vertical en vez de mejorar la gestión de la cadena de valor, meta que parece poco realista cuando escasean las inversiones para establecer nuevas industrias textiles nacionales.

  • Aumentar la productividad. Las inversiones en capital humano y maquinaria pueden aumentar la productividad y reducir costos y precios. Las instituciones y programas de capacitación que existen en muchos países en desarrollo productores de textiles y prendas de vestir necesitan potenciar sus capacidades de formación para mejorar las calificaciones de su fuerza de trabajo.

  • Crear nuevos productos y mercados. Hay que centrarse en mercados especializados, ofreciendo productos con valor añadido. Todos quieren vender camisetas a mercados masivos y “fáciles”, como el de Estados Unidos. Sin embargo, la competencia en dichos mercados “fáciles” es muy fuerte, y los precios son bajos. Por ende, hay que elevar los niveles de diseño y creación para ofrecer productos de moda, con valor añadido, a mercados especializados.

  • Desarrollar aplicaciones digitales. Éstas pueden utilizarse no sólo para la venta, sino también para intercambiar información entre redes digitales, en cualquier nivel de la cadena de abastecimiento. Estas aplicaciones facilitan el suministro y la gestión de la cadena de abastecimiento, la planificación de la producción, el diseño y la integración hacia adelante, incluidas las ventas por internet. Su objetivo principal es incrementar la flexibilidad y acortar la cadena de valor en general, reduciendo así los plazos de comercialización. La adopción de aplicaciones digitales indica también que la empresa es competitiva y está dispuesta a adaptarse a las exigencias del mercado.

    Cómo puede ayudar el CCI

    Para afrontar los nuevos retos, el CCI ha reformulado su enfoque de la asistencia técnica en el sector de los textiles y las prendas de vestir. En una reunión de un grupo de expertos, en el marco del Foro Ejecutivo del CCI, 2002, industriales y altos funcionarios de varios países en desarrollo productores de textiles y prendas de vestir convinieron en que era preciso proponer con urgencia respuestas a las dificultades del sector, a fin de asegurar la viabilidad de las exportaciones futuras, en especial las de los países menos adelantados y los países en desarrollo más pequeños. Las posibles soluciones analizadas entonces se usaron luego en la formulación del nuevo enfoque integrado del CCI para el sector de los textiles y prendas de vestir. El CCI está aplicando un enfoque sectorial holístico, conforme a las necesidades de los fabricantes de textiles y prendas de vestir de los países en desarrollo que desean seguir operando después de 2005.

    Este nuevo enfoque comprenderá síntesis informativas sobre la supresión progresiva del sistema de contingentes y sobre los problemas futuros de competitividad, junto con un programa más amplio de prestación de servicios de asesoramiento y capacitación centrados en la competitividad sectorial. El CCI ayudará a preparar los planes de acción de los países en desarrollo, aplicando el enfoque de la cadena de valor. Los países podrán poner en práctica dichos planes de acción por sí solos o en el marco de proyectos de asistencia técnica. Cada plan de acción incluirá un mecanismo de evaluación comparativa de rendimiento de mercado, soluciones sobre fuentes y cadenas de aprovisionamiento, medidas para desarrollar mercados, aumentar la productividad, perfeccionar capacidades de diseño y seguir las tendencias de la moda, así como aplicaciones digitales personalizadas.

    Para ayudar a las PYME del sector de las prendas de vestir a contrastar su rendimiento competitivo con el de otras empresas, el CCI ha creado un instrumento de evaluación comparativa denominado THE FIT. Este instrumento compara el rendimiento de una empresa dada con respecto al de un grupo de empresas nacionales e internacionales, respetando su confidencialidad. Al detectar las ventajas y debilidades relativas, THE FIT ayuda a las empresas participantes a definir sus prioridades de acción en distintos campos con el fin de mejorar su competitividad.

    En 2002, el CCI ayudó a Camboya, Lesotho, Malawi y Nepal a preparar sus planes de acción. Participaron en su elaboración todos los interlocutores nacionales interesados de los sectores público y privado. Los planes de acción están listos para su aplicación, y los países buscan ahora asociados dispuestos a financiar las actividades correspondientes.

    En 2003, el CCI ayudará a Cuba, El Salvador, Kenya, Madagascar y Mozambique a elaborar sus respectivos planes de acción nacional.


    El “factor chino”

    China ha sido Miembro de la OMC desde diciembre de 2001, y como tal disfruta de una serie de ventajas. Entre éstas figuran la eliminación gradual de los contingentes para 2005, el aumento automático de los contingentes de acuerdo a lo estipulado en el ATV, y las disposiciones relativas al coeficiente de crecimiento aumentado, según las cuales, en virtud del ATV y de la condición de nuevo Miembro de la OMC, el país goza de las mismas ventajas que tuvieron los demás países Miembros durante los siete años anteriores.

    Estos cambios han mejorado radicalmente los resultados de China en los principales mercados importadores. En los Estados Unidos, por ejemplo, las importaciones de textiles y prendas de vestir procedentes de China aumentaron en 125% en 2002, tendencia que se mantuvo en el primer trimestre de 2003. En el mismo período, el total de las exportaciones chinas de prendas de vestir aumentó en 60%. Los exportadores chinos bajaron sus precios para aumentar sus partes de mercado. Pudieron hacerlo gracias a que, entre otros factores, las rentas contingentarias eran reducidas y a que las empresas chinas aumentaron su productividad invirtiendo fuertemente en nuevas maquinarias y tecnologías.

    El impacto del enorme incremento de las exportaciones chinas ya es evidente en el mercado japonés, libre de contingentes. En 2001, el Japón importó de China más de dos tercios de sus necesidades totales de prendas de vestir, lo que traduce un aumento de 66% en diez años. La repetición del caso japonés en otros mercados sería motivo de gran inquietud para muchos países exportadores, y especialmente para los más pequeños.

    Un gran número de fabricantes de ropa de países en desarrollo conjeturan que los Estados Unidos y la UE tal vez reintroduzcan contingentes para las exportaciones chinas de textiles y prendas de vestir, medida posible en virtud del Protocolo de Adhesión de China a la OMC. Los Miembros de la OMC pueden aplicar medidas de salvaguardia transitorias específicamente a las importaciones de textiles y prendas de vestir de China hasta el 31 de diciembre de 2008, en caso de que las exportaciones chinas “amenacen con obstaculizar el desarrollo ordenado del comercio de esos productos”, sin notificación previa a la Organización. Además, los Miembros pueden adoptar salvaguardias específicas contra cualquier producto (inclusive los textiles y las prendas de vestir) hasta diciembre de 2013 si se producen perturbaciones en el mercado. En tal caso, tienen que notificar al Comité de Salvaguardias de la OMC y suscribir un acuerdo con China. Ahora bien, confiar en que dicha hipótesis se hará realidad es peligroso, por dos razones principales. Primeramente, si los grandes países importadores aplican dichas salvaguardias, lo harán sólo para proteger sus propias industrias nacionales y no las de otros países en desarrollo. En segundo lugar, China podría considerar la posibilidad de aplicar represalias si la UE o los Estados Unidos restablecen los contingentes. Los países lo pensarán dos veces antes de arriesgar sus posibilidades de exportación hacia el gran mercado chino.


    Para más detalles sobre las actividades del CCI en el sector de los textiles y las prendas de vestir, diríjase a Matthias Knappe, Oficial Superior de Desarrollo de Mercados del CCI ().


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