Dicho simposio concluyó con un llamado a que la intervención frente a la desaceleración económica mundial sea inclusiva, reforme el sistema financiero internacional, proteja a los países en desarrollo y a los pobres, y suministre financiación y esfuerzo para mantener y crear empleos.
Las recomendaciones concretas incluyen la moratoria de la deuda de países en desarrollo fuertemente endeudados con el objetivo de que sus gobiernos dispongan de más dinero para estimular sus economías, un sistema de tipos de cambio más estable y un programa mundial de empleo.
Durante los dos días de reuniones, los oradores insistieron en que recientes informes sobre la mejora económica en países industrializados no deben llevar a pensar que la desaceleración terminó ni inducir a quienes toman decisiones a ignorar los efectos profundos y duraderos en los países pobres.
Supachai Panitchpakdi, Secretario General de la UNCTAD, dijo a los asistentes que la intención de la reunión –dar voz a los sin voz– había sido valiosa. ´El resto del mundo no puede ser una ocurrencia tardía. Estos asuntos suelen ser tratados en el plano global por los poderosos, pero también hay que escuchar a los testigos inocentes´, afirmó el Sr. Supachai.
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