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Redes, sí, ¿pero, qué redes?
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© Centro de Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No. 1/2002

¿Le está ayudando la red de apoyo comercial a promover su estrategia de exportación? Para muchos países, antes de esta pregunta hay que hacer otra: ¿sirve de algo tener una estrategia de apoyo al comercio? De hecho, muy pocos países desarrollados cuentan con una estrategia nacional de apoyo comercial o de promoción de las exportaciones, así que ¿por qué deberían tenerla los países en desarrollo? En el Foro Ejecutivo de 2001, un “veterano” de las instituciones de apoyo al comercio preguntó si los asistentes sabían de alguna estrategia que hubiera dado resultados, en países desarrollados o en desarrollo. “No creo que haya muchas”, dijo.

Y tiene razón. Pocos países se han dotado de lo que podría considerarse como “estrategia nacional de exportación”. Menos son los que aplican dicha estrategia, y entre los que lo hacen, poquísimos han logrado resultados significativos en el rendimiento de las exportaciones. ¿Qué lleva, entonces, al CCI a seguir difundiendo la idea de que los países en desarrollo deberían tener una estrategia nacional de exportación?

Nuestra respuesta es simple. Cuando los recursos disponibles para actividades de apoyo relativas al comercio son sumamente escasos – como suele ocurrir en los países en desarrollo –, hay que asegurar que estos recursos se destinen a las necesidades prioritarias. En eso consiste la promoción comercial. Una estrategia da orientaciones generales por lo que se refiere a los recursos que se necesitan y para qué fines, y a quienes usarán dichos recursos y cómo lo harán.

Cuando no hay estrategia

Al faltar una estrategia, también faltará una definición clara de las prioridades y de los problemas, oportunidades y obstáculos en que deberían concentrarse los recursos. Por otra parte, tampoco habrá una perspectiva común entre el sector público – que en los países en desarrollo es la fuente principal, cuando no la única, de servicios de apoyo al comercio – y el sector privado, es decir, el usuario de dichos servicios. Al faltar una estrategia, no habrá coordinación entre las instituciones de apoyo al comercio. Sin estrategia, los recursos financieros y humanos se gastan, pero no se invierten. Y ningún país en desarrollo puede permitirse hoy ese lujo.

Los argumentos que justifican que todo país en desarrollo debería dotarse de una estrategia nacional de exportación son muy sólidos, habida cuenta del papel que desempeña el sector público en el desarrollo de las exportaciones y la promoción comercial. En los países desarrollados existe un “mercado” de servicios de apoyo al comercio. Las empresas interesadas en exportar pueden adquirir la información comercial así como la capacitación y el acceso a medios de financiación indispensables para “hacerse internacionales”. Estos servicios están disponibles en su mercado local. Pero en la mayoría de los países en desarrollo las cosas son distintas. Aunque la ecesidad de tales servicios es enorme, la demanda efectiva es insuficiente para generar una oferta interior adecuada. El sector público debe entonces colmar este vacío, al menos hasta que se cree una demanda suficiente de servicios de apoyo a las exportaciones y aparezcan los proveedores de dichos servicios en el sector privado.

Estrategias pertinentes y realistas

Y esto nos lleva al tema central del Foro Ejecutivo de 2001: ¿Está funcionando bien su red de apoyo comercial? El primer problema que debe resolver el estratega de un país en desarrollo es cómo diseñar una estrategia pertinente y realista. Luego se plantea el cómo aplicarla de forma efectiva. En septiembre pasado, los participantes en el Foro Ejecutivo examinaron la cuestión de la aplicación desde dos puntos de vista: el de la empresa y el de los planificadores estratégicos nacionales. Para que una estrategia nacional de exportación sea eficaz, la respuesta a la pregunta: “¿Está funcionando bien mi red de apoyo comercial?” debe ser “Sí”.

El jefe de empresa busca la información, el asesoramiento y probablemente la financiación que le permitan conseguir resultados rápidos y sostenidos en el mercado internacional. Si la red nacional de apoyo comercial le ofrece lo que necesita a un bajo costo, estará feliz: la red de apoyo comercial funciona. Para los estrategas de la exportación, la cuestión es algo más compleja. Sin duda, la red de apoyo comercial es eficaz si los empresarios están felices. Pero eso es sólo una parte de la respuesta. Además, el estratega debe estar seguro de que la red se ocupa eficazmente de otros grupos de clientes y de otros problemas. En particular, debe velar por que la red atiende los problemas a más largo plazo de la competitividad nacional, es decir, promover la entrada de nuevas empresas al campo exportador, estimular las iniciativas orientadas al comercio internacional, desarrollar nuevos sectores de exportación y aumentar la agregación de valor a nivel nacional.

esolver problemas a largo plazo

El estratega debe estar seguro de que la red de apoyo comercial actúa en consonancia con la dimensión de desarrollo de la estrategia exportadora nacional, que busca apoyarse en las exportaciones para reducir la pobreza, crear empleos y asegurar un desarrollo equilibrado entre las regiones. Además, debe lograr la participación en la red de otras autoridades de los ministerios de asuntos económicos y sociales, y asegurarse de que los objetivos en materia de exportaciones y competitividad internacional se ajustan plenamente con los planes y programas de dichos ministerios. Sólo entonces podrá declarar sin reservas que la red de apoyo comercial está funcionando bien.

Durante el debate de Montreux quedó claro que, sin restar importancia a las cuestiones “internas” del desarrollo de las capacidades y competencias exportadoras, la reducción de los costos de transacción y la agregación de valor, las redes de apoyo comercial y las autoridades de los departamentos de comercio siguen dando prioridad a las cuestiones “externas” del acceso a los mercados

extranjeros y la promoción en éstos. Las mejores prácticas sugieren que la red nacional de apoyo comercial debe centrarse a la vez en los aspectos internos y externos.

Superar la escasez de recursos

Fácil de decir, difícil de lograr. Incluso en época de “vacas gordas”, los recursos a disposición de la mayoría de las instituciones de apoyo en las redes nacionales alcanzan apenas para cubrir una dimensión del problema, lo que excluye atender al mismo tiempo las cuestiones “externas” e “internas”. En el Foro Ejecutivo del año pasado se analizaron extensamente algunas opciones. Una posibilidad es el cobro de los servicios prestados, según una escala adaptada al tipo de cliente. Otra es la prestación gratuita de servicios a miembros que pagan una cuota de inscripción en función de su capacidad económica. También se pueden generar ingresos alquilando los locales de exposición.

Independientemente de la fuente y el nivel de los ingresos así generados, hubo acuerdo en Montreux en que no se puede pretender que la red nacional de apoyo comercial se autofinancie. Su funcionamiento requiere de un respaldo financiero con cargo al presupuesto público. Dos variantes de este principio merecieron una atención especial. CORPEI es una organización privada ecuatoriana de promoción comercial e inversiones, sin fines de lucro. En virtud de la ley que la creó, CORPEI recibió una contribución reembolsable para financiar su estructura y actividades de promoción, que se financió con un impuesto sobre las exportaciones de petróleo, así como sobre otras exportaciones e importaciones. Dicha contribución será reembolsada en dólares de Estados Unidos al cabo de diez años, con un interés nulo. A fin de garantizar su capacidad de reembolso, la CORPEI ha invertido más de un tercio de sus ingresos en un fondo a plazo fijo. El Bancomext de México costea todos sus programas de apoyo al comercio con ingresos generados por sus actividades de financiación comercial, lo que naturalmente plantea la pregunta de por qué otros países no organizan su apoyo al comercio con un mecanismo similar.

Control y evaluación

Como dijo un participante, no hay soluciones únicas, ya sea para organizar la red nacional de apoyo comercial y definir la índole de sus servicios o para asegurar su financiación. Con todo, hubo acuerdo en que sin un control riguroso y una evaluación objetiva no es posible confirmar que una red está avanzando hacia la realización de los objetivos de los jefes de empresa y de los estrategas nacionales. Este es un campo que habría que seguir estudiando.

Brian Barclay es Coordinador del Foro Ejecutivo del CCI sobre Estrategias Nacionales de Exportación ().


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