Luis Augusto Pajuelo —que hasta 1993 cultivaba plátanos verdes en Piura, norte del Perú— tuvo la idea de comercializar el chifle: bocadito tradicional de finas tajadas de plátano fritas en aceite 100% vegetal, ligeramente saladas, que también se pueden condimentar con ají, y se preparan según una receta familiar mantenida en secreto.
En su empresa, Industrias Agrícolas SRL se siguen fabricando al estilo tradicional pero la diferencia radica en que ahora los Chifles (salados, picantes y dulces) se venden en supermercados, grandes almacenes y tiendas especializadas de Perú, Canadá y España. Comercializados con la marca familiar Cricket’s, generan ventas anuales de US$ 1 millón y la empresa emplea 12 personas a tiempo completo. Oficinas, instalaciones y almacenes principales están en Piura, primera ciudad colonial del Perú y gran centro gastronómico.
Aunque Cricket’s se diversificó y también produce bocaditos de batata, maní y habas, así como natilla, miel de abeja y algarrobina (jarabe de algarrobo), los Chifles representan 76% de sus exportaciones.
La capacitación abre nuevos mercadosTras 14 años de esfuerzo, el hijo de Luis Augusto, Ricardo Augusto Quimper, propietario y gerente general de Industrias Agrícolas, sigue desarrollando la empresa, aprendiendo a participar en ferias internacionales, instalando controles financieros electrónicos y perfeccionando un plan de negocios centrado en las exportaciones. Ricardo Augusto es un convencido de que la formación y el perfeccionamiento en gestión de empresas, tanto para sí como para su personal, son la clave del éxito. En 2004, hizo su primera incursión en un mercado internacional: California. Nos cuenta que los resultados les ayudaron a comprender que sus productos tenían buena aceptación en otros mercados y que podían exportar a otros países como Chile y Canadá. Hoy, los productos Cricket’s también se venden en España; los primeros envíos partieron a Barcelona en noviembre de 2006 y febrero de 2007. “Teníamos la experiencia del producto, pero nos faltaba formación. Estábamos creciendo, pero de forma caótica”, explica el Sr. Quimper, y añade: “En 2005, aceptamos la invitación conjunta del CCI y el Fondo Binacional para la Paz y el Desarrollo Perú-Ecuador que cuenta con el apoyo de la Universidad de Piura y la Cámara de Comercio y Producción de Piura, a participar en el programa de formación para empresarios, centrado en las exportaciones. El CCI nos facilitó acceso a publicaciones y medios de capacitación destinados a ayudar a las empresas peruanas a definirse y orientarse. Consultores internacionales nos dieron una mano para establecer contactos fuera del Perú y encontrar mercados más interesantes y rentables para nuestros productos.” Por consejo de los consultores, las viejas cocinas de un principio se cambiaron por modernas, lo que abarató los costos. Los primeros embalajes eran bolsitas de plástico con etiquetas autoadhesivas. Ahora, la protección garantiza una conservación más larga de los bocaditos y los productos cumplen los requisitos y normas indispensables para vender en los países desarrollados. “Los consultores nos aconsejaron utilizar cocinas modernas, lo que redundó en una importante reducción de costos”, señala el Sr. Quimper. |
© Industrias Agrícolas SRL |
Crear empleo en zonas rurales
Siendo este uno de los enfoques prácticos que preconiza para reducir la pobreza mediante el comercio, el CCI busca interlocutores locales que le permitan llegar a empresas con potencial para modernizar productos, abrirse a nuevos mercados y ofrecer empleo a quienes de otro modo quizás no se beneficiarían del aumento de las exportaciones. En el caso que nos ocupa, era esencial apoyar a esta empresa del Perú rural. Piura está a casi 1.000 km de Lima, la capital, donde se concentra casi toda la actividad empresarial del país y resulta más fácil procurarse tecnología, capacitación, capitales y diseñadores.
¿Qué supuso la exportación para esta empresa? Además de duplicar el personal para atender los pedidos de exportación, ya no depende del mercado nacional que está saturado y estableció contactos en los países vecinos. “Ofrecemos más trabajo a muchas más familias. Nos estamos adaptando a la globalización”, asevera Ricardo Augusto Quimper.
Industrias Agrícolas y el Fondo Binacional