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Un ejemplo africano
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© Centro de Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No. 4/2004

Rachel Carter, PDG de Southken, pequeña empresa sudafricana que almacena y exporta mantas para los organismos humanitarios, dice que su actividad ha crecido en 50% gracias a la participación en el programa del CCI.Photo: R. Carter

La ayuda humanitaria es un gran negocio, en el que los donantes y las entidades de ayuda internacional gastan miles de millones de dólares cada año. Considerado como complejo e inaccesible, este mercado ha estado prácticamente cerrado, por ejemplo, a los países africanos. El programa Comprar a África para África, del CCI, ha contribuido cambiar esta situación, y su ejemplo ya se está imitando en otras regiones.


Los dólares destinados al desarrollo rinden más cuando se compra a africanos para ayudar a otros africanos. Cada año, los organismos del sistema de las Naciones Unidas (ONU) gastan más de US$ 5.080 millones en bienes y servicios, de los cuales el 60% se destina a la asistencia humanitaria o la ayuda al desarrollo de los países africanos. No obstante, según datos de la Oficina de Servicios Interinstitucionales de Adquisición, sólo el 10% del total de compras de la ONU en 2003 se hicieron a proveedores africanos.

Respaldado por el Gobierno de Noruega, el programa Comprar a África para África (Buying from Africa for Africa), del CCI, ha ayudado a aumentar dicha proporción. Además, varias entidades humanitarias han modificado sus prácticas de compras para promover el aprovisionamiento regional.

Los primeros contactos con los organismos humanitarios fueron infructuosos. Preocupados de su tarea esencial – prestar socorros oportunos en caso de catástrofe o de crisis humanitaria –, no se consideraban partícipes en el desarrollo del sector privado o en la promoción de las exportaciones.

Qué les llevó a cambiar de opinión? Nuestra persistencia y una fórmula relativamente simple: corregir las impresiones erróneas de una y otra parte y crear capacidades por medio de la cooperación técnica.

“Nos empeñamos en convencerlos. Los organismos humanitarios creían que África exportaba sólo unos pocos productos básicos, y que no tenía capacidad para proveer suministros de alta calidad a precios competitivos”, explica Hendrik Roelofsen, Director de la Coordinación de la Cooperación Técnica del CCI. “Por su lado, las empresas consideraban que el acceso a este mercado era demasiado complejo y que los organismos humanitarios no deseaban aprovisionarse en África.”

Unas y otros se equivocaban.

Un vasto mercado en expansión

Las compras de los organismos de la ONU siguen aumentando, y también crecen las necesidades de compras de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y otras entidades especializadas, al ampliarse su acción humanitaria. Entre los diversos bienes y servicios que abarca este mercado figuran los siguientes:
  • Alimentos
  • Suministros farmacéuticos y equipos médicos
  • Vehículos y equipo industrial
  • Computadoras y programas informáticos
  • Abrigo y vivienda
  • Equipo de suministro de agua, material de comunicaciones y productos químicos
  • Material de transporte
  • Material de oficina
Los estudios de mercado del CCI mostraron que varios países podían suministrar a los organismos humanitarios internacionales algunas importantes categorías de productos. Por ejemplo, en África Oriental y Meridional hay una oferta abundante de cereales, leguminosas, alimentos compuestos, mosquiteros y semillas.

Los organismos humanitarios internacionales suelen revelar muy pocos datos sobre sus necesidades y problemas en materia de compras, y las empresas no divulgan regularmente la información comercial relativa a sus productos. En particular, casi no había contactos directos entre estos organismos y las empresas africanas. La mayoría de las ferias y exposiciones del ámbito humanitario tienen lugar en los países desarrollados, lo que dificulta la participación de las empresas africanas.

Hubo entonces que ayudar a estas empresas para que adaptaran su capacidad de oferta a la demanda del mercado humanitario. Por otra parte, incluso los organismos humanitarios que tenían interés en aprovisionarse en el mercado local no tenían siempre medios para encontrar proveedores.

La iniciativa avanza

El programa Comprar a África para África, del CCI, tiene por objeto aumentar la participación de África en el mercado humanitario a través de una serie de medidas estratégicas. Una vez conocido el potencial de producción en África de los sectores de gran demanda entre los organismos humanitarios, se efectuó un análisis de flujo comercial para saber qué países tenían una capacidad neta de exportación de estos productos.

Mediante encuestas locales sobre la oferta y la demanda, se obtuvieron datos concretos sobre los sectores y los países productores. Se llevaron a cabo auditorías para determinar si las empresas interesadas cumplían con los requisitos cuantitativos y cualitativos de los organismos humanitarios internacionales, y se les prestó asesoramiento cuando lo necesitaban.

Hasta ahora, se han organizado en África cinco encuentros subregionales de compradores y vendedores, con la participación de destacadas empresas y organismos humanitarios de 24 países. Dos tuvieron lugar en Nairobi, Kenya, en noviembre de 2001 y agosto de 2003, para empresas de África Oriental y Central. Los exportadores de África Occidental, Central y Septentrional asistieron a un encuentro en Dakar, Senegal, en junio de 2002. Por último, a dos encuentros celebrados en Midrand, Sudáfrica, en noviembre de 2003 y octubre de 2004, asistieron también proveedores de África Meridional y Oriental.

En total, casi 600 participantes pudieron explorar las oportunidades comerciales regionales, inclusive 267 empresas africanas que habían sido visitadas, auditadas, asesoradas y seleccionadas por consultores especializados. Noventa y ocho representantes de organismos humanitarios aportaron orientaciones técnicas e información detallada sobre sus necesidades actuales y futuras.

Para cada encuentro, el CCI publicó diversos documentos, y en particular una guía regional titulada Product Profile Forms, con señas de contacto y descripciones generales de los productos ofrecidos o solicitados por cada una de las empresas y organismos participantes.

Dos factores clave del éxito del programa son la participación de las instituciones locales de apoyo al comercio y el asesoramiento ofrecido a las empresas africanas para dar seguimiento a los contactos establecidos en los encuentros.

Beneficios para todos

Al entrar en el mercado de la ayuda humanitaria, las empresas africanas se han familiarizado con las normas internacionales y con los procedimientos y prácticas que deberían adoptar para ofrecer y comercializar sus productos. Spinners & Spinners, proveedor de mantas con sede en Nairobi, ha obtenido su certificación ISO. A juicio de su Director Gerente, Chandu Dodhia, que asistió a los encuentros de compradores y vendedores de Nairobi y Midrand, los contactos establecidos con varios de los organismos humanitarios más importantes han sido sumamente valiosos.

“Hemos comenzado a recibir consultas directas de sus oficinas en el terreno, que antes actuaban sólo por intermedio de agentes especializados”, explica. “Esto nos permitirá acortar los plazos de logística y entrega, y también entrañará ahorros para las ONG. Esas economías podrán destinarse a la compra de más suministros para los refugiados.”

Southken, pequeña compañía de import/export de Durban, Sudáfrica, que almacena y exporta mantas como las producidas por Spinners & Spinners, aumentó su cifra de negocios en 50% en 2002, a raíz de su participación en el programa del CCI. En dicho marco, consiguió contactos con los compradores (altos funcionarios de los organismos humanitarios, previamente inaccesibles), información específica sobre las necesidades de dichos organismos y un mejor conocimiento de sus competidores.

“Cambiamos los métodos comerciales, por ejemplo, manteniendo existencias permanentes en nuestros almacenes e inscribiéndonos ante los 14 organismos humanitarios activos en la región”, dice Rachel Carter, Presidenta y Directora General de la empresa. “Así, efectuamos nuevas ventas a instituciones caritativas, hospitales y donantes, duplicando la rotación de nuestro inventario de mantas.”

La empresa también amplió sus servicios gracias al directorio regional preparado por el CCI, que según la Sra. Carter es la única obra de este tipo en lo que atañe a la región.

Los contactos establecidos y la información recogida en estos encuentros han llevado a varias empresas africanas a perfeccionar sus productos, como el nuevo bidón plegable ideado por un fabricante de utensilios de cocina plásticos, de Ghana. Otras han modificado su oferta comercial, adaptándose a las condiciones financieras o – como en el caso de Southken – de almacenamiento exigidas por algunos organismos, mejorando así su competitividad.

Cuando los organismos humanitarios compran en los países donde operan, contribuyen al crecimiento y el desarrollo sostenible de las economías locales, lo que a su vez refuerza las capacidades y conocimientos técnicos de la población, y reduce su vulnerabilidad ante las catástrofes, sean éstas naturales o provocadas por la acción humana.

El Sr. Dodhia está seguro de que esta situación que beneficia a todas las empresas alentará a los fabricantes de África a invertir y producir más para cubrir la demanda humanitaria en el continente. “Indirectamente, se aumentará el empleo y se reducirá la pobreza”, añade.

Ventajas para los organismos

La ONU y otros organismos humanitarios están descubriendo las numerosas ventajas que ofrece el aprovisionamiento local en bienes y servicios: reducción de los costos de transporte y los plazos de entrega o ejecución, menor número de imprevistos y costos más bajos del ciclo de vida de las adquisiciones.

Tras el encuentro de Nairobi, en 2003, George Fenton, Gerente de Logística de la Oficina de Socorros de World Vision Africa, reconoció la valiosa función que el CCI cumplió en la evaluación de un gran número de proveedores potenciales.

“Mantenemos contactos con fabricantes de mosquiteros, jabón, mantas, bidones y otros artículos”, explicó. “En Kenya hemos comprado suministros destinados a Liberia; Kenya ha demostrado que es una muy buena fuente de productos para la acción humanitaria en toda África.”

Dando curso a las resoluciones de la Asamblea General de la ONU y a las decisiones de la Junta de los Jefes Ejecutivos, sus organismos se están esforzando por diversificar las fuentes de aprovisionamiento, incluyendo en especial a países en desarrollo y en transición. Al comprar en África para África, los organismos de la ONU y las ONG están cumpliendo su compromiso internacional de ampliar la repartición geográfica de las compras institucionales.

Según Dominique Leclercq, que trabaja para el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Uganda, el encuentro de Nairobi fue muy provechoso: “Quisiéramos contribuir de manera más importante a la preparación y ejecución de este tipo de eventos. No sólo son útiles para las operaciones de compra del PMA, sino que contribuyen al desarrollo de la economía local y regional.”

Es éste un modelo reproducible?

El éxito del programa Comprar a África para África alentó al CCI a organizar un encuentro de compradores y vendedores de alimentos, productos agrícolas y materiales y equipo de construcción en Almaty, Kazajstán, en junio de 2003. Los 63 asistentes (representantes de 48 empresas de Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, y 14 encargados de compras de 12 organismos humanitarios activos en la subregión) participaron en una jornada de análisis de tendencias regionales de la oferta y la demanda, seguida de una serie de negociaciones bilaterales.

La organización de este encuentro en Asia Central planteó dificultades considerables, dada la reticencia de las partes. En la práctica, la jornada disipó las reservas iniciales, y los participantes convinieron en que era un medio eficaz y de bajo costo, que permite que los compradores se entrevisten con un buen número de proveedores potenciales en un período breve, y que los vendedores adquieran experiencia y se familiaricen con las prácticas de compra de los organismos humanitarios.

Está por verse si se cumplen las previsiones de acuerdos comerciales por unos US$ 12 millones para las empresas de la región, y compras de entre US$ 4 millones y US$ 5 millones por los organismos humanitarios. Aunque es prematuro evaluar los resultados concretos del encuentro de Kazajstán, Hendrik Roelofsen y la consultora Catherine Taupiac, del CCI, consideran que la experiencia confirma que el programa puede reproducirse en otras partes del mundo.

La Sra. Taupiac, que se desempeñó como Asesora de Promoción Comercial Regional del CCI en el programa Comprar a África para África, dice que, si se tienen debidamente en cuenta las características locales, no hay razones que impidan que este modelo sea aplicable en otros países en desarrollo y economías en transición.

“Desgraciadamente, hay muchas regiones expuestas a catástrofes, sean naturales o provocadas por el ser humano, donde se necesitan materiales y equipos humanitarios, como ocurre, por ejemplo, en América Central y Sur. En regiones como el Oriente Medio y Asia también podrían aplicarse programas de este tipo”, opina. “Por cierto, hay dificultades, pero éstas quedan compensadas por las posibilidades que abren tales programas.”

Texte de Dianna Rienstra


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