El reto residía en alentar a esas comunidades a trabajar juntas para fabricar prendas de lana conforme a la cantidad y la calidad que exige la exportación. Asimismo, el proyecto tenía que asegurar que las comunidades reforzaran sus capacidades generales de negocio y recibieran formación en gestión de calidad y diseño de productos para exportación. A fin de maximizar el éxito de la iniciativa, el ITC se asoció con la Misión Luterana de Noruega, ONG que tiene larga experiencia en cooperación técnica con comunidades pobres de Mongolia; juntos trabajaron con 250 productores pobres (el 90% mujeres) ayudándoles a organizarse en 10 cooperativas de producción e impartiéndoles la formación en desarrollo de productos y promoción de las exportaciones que les hacía falta para vender sus productos en el mercado global. Entonces, los productores que antes trabajaban por separado, formaron la Unión Cooperativa del Artesanado de Lana de Mongolia que asumirá la gestión y la plena responsabilización, una vez terminado el proyecto.
Con ayuda de un consultor internacional de diseño, se crearon las nuevas colecciones, en las que se utilizaron tintes y colores naturales, que se presentaron con éxito en muestras comerciales internacionales. En 2007, el proyecto generó US$ 70.000 por ventas de exportación y US$ 200.000 por ventas locales al por menor. En término medio, los ingresos anuales de cada participante registraron un aumento de US$ 600.
Ahora, se considera la forma de aplicar en otros sectores y regiones de Mongolia las experiencias adquiridas durantes la realización de ese proyecto. El Gobierno también prevé ampliar la aplicación del enfoque de reducción de la pobreza a través de las exportaciones en la estrategia nacional de exportación que el Ministerio de Industria y Comercio y la Cámara de Comercio de Mongolia elaborarán en 2008 con apoyo del ITC.