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Diseño malasio de exportación
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© Centro de Comercio Internacional, Forum de Comercio Internacional - No. 4/2005

Foto: Veritas Architects SDN BHD

La empresa de diseño Veritas, de Malasia, se planteó desde un principio su implantación internacional. En ese difícil sector de servicios, tuvo que aprender a capear temporales y sacar provecho de las oportunidades de exportación.

Con sede en Kuala Lumpur, Malasia, esta empresa y su equipo, integrado por más de 40 profesionales calificados y más de 60 colaboradores, cosecharon éxito tras éxito. Desde sus comienzos en la arquitectura, Veritas se fue ampliando hasta ofrecer una gama completa de servicios de diseño. En septiembre de 2005, la empresa inauguró su primera sucursal en Dubai.

Siempre tuvimos el objetivo de llegar a ser “una empresa de arquitectura y diseño de nivel mundial”. Ahora bien, las primeras oportunidades en el extranjero recién surgieron a comienzos de los 90, unos seis años después de la creación de Veritas. Por entonces, ya teníamos una plantilla de unas 30 personas y un prestigio incipiente en el medio empresarial local.

De cara a la globalización

Entretanto, los factores macroeconómicos iban cambiando. Con el auge de la economía de Asia sudoriental, los empresarios malasios se sintieron invencibles y comenzaron a explorar mercados internacionales. Al mismo tiempo, empezaron a llegar empresas extranjeras. Los obstáculos tecnológicos de las comunicaciones iban desapareciendo a medida que se perfeccionaba la internet. También se iban eliminando las barreras al comercio y las restricciones a los viajes; poco después, los malasios ya no necesitaban visado para la mayoría de los países asiáticos. Por su parte, Malasia aplicó requisitos de visado menos estrictos.

Para los profesionales malasios era una espada de dos filos, pues alentaba a empresas occidentales a entrar en nuestro mercado y competir con profesionales menos experimentados en cuestiones comerciales.

La primera reacción de los arquitectos y el Instituto Malasio de Arquitectos, su asociación profesional, fue “ver venir”. Se desconfiaba de la perspectiva de que la Organización Mundial del Comercio impusiera el acceso de profesionales extranjeros a nuestros mercados.

Veritas adoptó una posición distinta y alentó el arribo de profesionales extranjeros. Había dos opciones: colaborar con ellos en un espíritu de “transferencia de tecnología”, para sacar adelante muchos proyectos de envergadura que no hubiéramos podido realizar solos, o competir frontalmente con esos “intrusos”, mejorando nuestras capacidades y alzándonos con uno que otro éxito. En la profesión se nos criticó mucho. Luego, nos subimos al tren de la globalización y empezamos a explorar el mercado mundial. Nuestras primeras incursiones en Tailandia, Viet Nam y Filipinas fueron modestas.

En 1996, me dije que era hora de hacer un gran esfuerzo en el plano internacional. Entonces creamos Veritas Global Sdn Bhd, dirigida por un administrador británico muy capaz, que no tardó en concretar proyectos importantes en Camboya, la India y Arabia Saudita. Poco después, la empresa tenía más de 12 colaboradores y suscitaba el interés de la prensa.

La crisis asiática

Luego, estalló la crisis financiera de 1997–1998. En seis meses, nuestras actividades internacionales prácticamente desaparecieron, nuestro administrador nos dejó y los empleados que quedaban fueron absorbidos por la casa matriz, Veritas Architects Sdn Bhd. Teníamos la impresión de que nuestro trabajo internacional había sido un espejismo. Luchamos duro por sobrevivir en ese mercado malasio, reducido a una fracción de su actividad previa a la crisis. En resumidas cuentas, Veritas surcó airosa esas aguas turbulentas y ya había aumentado su parte de mercado cuando la economía malasia se recuperó a principios del nuevo milenio.

Volviendo al plano internacional, comenzamos a aceptar diversas invitaciones “de alto riesgo” a convocatorias y concursos, y poco a poco, fuimos ganando algunos proyectos de dimensiones medias en China, Sri Lanka y Pakistán que ya están terminados. Por cierto, también perdimos otros tantos.

La atracción de Dubai

En 2003, decidimos instalarnos en Dubai sin invitación previa y apabullados por el enorme potencial de ese mercado. El rápido ritmo de desarrollo de la ciudad es un potente imán para arquitectos ambiciosos. Por desgracia, nuestro interés por implantarnos era tan evidente que fuimos presa de algunos promotores locales que buscaban nuevas ideas de diseño baratas o gratuitas. Gastamos mucho dinero y logramos muy poco, excepto los honores del caso.

Nuestra suerte la encontramos en un joven promotor, inteligente y honrado, al frente de una próspera empresa inmobiliaria. El Sr. Ismail Abbasi nos ofreció nuestro primer gran proyecto en Dubai, actualmente en construcción. Luego, formamos una sociedad mixta con su empresa Bonyan Emirates Properties y abrimos una oficina en Dubai que, junto con el Sr. Abbasi, impulsará otros proyectos en los Emiratos Árabes Unidos. Todo esto supuso un gran incentivo para seguir adelante.

En 2004, Veritas obtuvo grandes proyectos de arquitectura en Irán y Pakistán; recientemente, se le invitó a participar en proyectos de la India e Indonesia. Entretanto, estamos barajando la posibilidad de reactivar Veritas Global, en cuanto entidad comercial independiente.

En pro de la excelencia

  • Sólida implantación local. La empresa con ambiciones internacionales ya debe figurar a escala nacional entre “las mejores de la clase” en alguna especialidad. También necesita una sólida base financiera. Precipitarse en ir al extranjero implica correr a la catástrofe.

  • Interés por el resto el mundo. Esa empresa debe estar abierta a la aventura, buscar nuevos retos y tener una sana curiosidad por otras culturas, religiones, comidas, etc. También es útil que su personal sea un mosaico de idiomas, razas y culturas. Es muy importante que domine el inglés, dada su aceptación casi universal en el mundo empresarial.

  • Excelente dominio de la tecnología. Esto contribuye en gran medida a la competitividad internacional. Con la informatización de todas las operaciones de diseño y dibujo, Veritas consiguió una mejor coordinación y cuidado por los detalles. Internet es el mayor equilibrador del mercado, pues ofrece visibilidad incluso a las empresas más pequeñas y les permite promoverse en sus segmentos de especialización. En realidad, para afianzar una competitividad internacional, las pequeñas empresas deben sacar máximo provecho de la tecnología. Hoy, lo mínimo que se exige es un sitio web de calidad, acceso a la banda ancha, una buena infraestructura de comunicaciones internas, movilidad y, de preferencia, un servicio de protocolo de transferencia de ficheros (FTP).

  • Cumplimiento de las normas internacionales. En un mundo donde predomina la diversidad, las normas son esenciales para el éxito de la exportación de servicios. En mi sector, es importante dotarse de capacidades respecto a un conjunto de normas compatibles con la normativa británica o estadounidense. Otra vía de aceptación universal es el reconocimiento de calidad internacional que ofrece el sistema ISO.

Respeto de la creatividad

Este es un mensaje para quienes formulan políticas: por favor, respeten la creatividad de los profesionales del sector servicios. Reconozcan como es debido sus innovaciones intelectuales, que si bien son intangibles, constituyen su activo comercial más valioso. Durante demasiado tiempo, los países en desarrollo han dado excesiva importancia a la producción material, descuidando la dimensión intelectual de los servicios. Incluso en Malasia se considera que nuestra producción creativa se limita a meros dibujos y no se valora plenamente hasta que se materializa en construcciones. Entonces, se reconoce únicamente el mérito de promotores y contratistas. No obstante, es precisamente en ese campo donde, mediante el dominio de las tecnologías de la comunicación, los países en desarrollo o en transición pueden dar saltos cualitativos y equipararse o superar a los países desarrollados.

Por favor, den a sus profesionales del sector servicios el rango social que merecen. Respeten sus derechos de autor. Reconozcan su aporte a la economía. Sólo entonces alcanzarán la autoestima necesaria para actuar en el ruedo mundial.


 

Fomento de la exportación — Lista de control

Gobiernos, instituciones de apoyo al comercio y sector privado desempeñan una función estratégica en el fomento de la exportación de servicios.

Gobiernos: Imagen de marca nacional, proyectos locales de prestigio, líderes con carisma y cultura de la calidad. También se necesitan incentivos fiscales; doble deducción para comercialización; descuentos por aumento de remesas internacionales, y proyectos públicos en el extranjero, tales como inversiones, oficinas o embajadas comerciales. El mayor apoyo para esas oficinas puede comprender la designación de un encargado de servicios profesionales, exposiciones y folletos. Las asociaciones del sector pueden recopilar información sobre oportunidades internacionales, formar consorcios para proyectos internacionales y organizar viajes y visitas de delegaciones comerciales.

Los acuerdos entre gobiernos pueden incluir facilidades de visado, mejoras de la infraestructura de telecomunicaciones, negociación de medidas para evitar la doble imposición y reconocimiento recíproco de credenciales profesionales.

Instituciones: Las organizaciones de promoción comercial pueden impulsar iniciativas para:

  • elevar los niveles profesionales a fin de aprovechar oportunidades internacionales;
  • crear una guía de estudios profesionales;
  • organizar charlas, conferencias o actividades de formación para despertar interés por la exportación;
  • organizar giras y delegaciones comerciales internacionales;
  • estimular a los profesionales para que expongan en eventos comerciales de otros países;
  • recopilar y difundir información especializada sobre oportunidades internacionales, y
  • publicar una revista de calidad mundial sobre los profesionales del país.

Empresas: Fomento de una cultura de excelencia para competir a nivel internacional; creación de una unidad de desarrollo empresarial para proyectos internacionales; participación en concursos internacionales de diseño; creación de una red de asociados internacionales; inversión de recursos en un sistema eficaz de tecnologías de la información y las comunicaciones y en nexos con contratistas locales; búsqueda de apoyo entre empresas locales con aspiraciones mundiales y entre empresas multinacionales con intereses mundiales; participación en empresas de riesgo compartido con socios extranjeros e incorporación a entidades internacionales de cooperación en redes.

Las pequeñas empresas, en particular, pueden considerar la posibilidad de unirse a consorcios de consultores para lograr una mejor entrada en los mercados y forjar relaciones con consultores extranjeros en el marco de empresas mixtas para proyectos internacionales.

 

David Mizan Hashim, miembro fundador de Veritas Architects Sdn Bhd. El presente artículo reseña su intervención en el Foro Ejecutivo de 2005 sobre Estrategias Nacionales de Exportación. Versión electrónica del texto completo en inglés en el sitio web del CCI: http://www.intracen.org/execforum/ef2005/montreux/programme.htm.


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