Aunque parezca leve, este paso podría hacer avanzar el comercio a escala internacional. El Consejo de Cooperación Aduanera, nombre oficial de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), recomendó el 7 de julio de 2000 que, tan pronto como fuera posible, los Estados añadiesen a sus nomenclaturas estadísticas tantas “subdivisiones adicionales para los productos hechos a mano” como juzgaran conveniente. También sugirió que los Estados establecieran en sus nomenclaturas estadísticas una definición de “productos hechos a mano” y disposiciones relativas a la certificación de dichos productos, de considerarlo necesario.
Se respondía así a la frustración de los artesanos que, durante décadas, habían reclamado el reconocimiento de su contribución al comercio internacional, que suele ser la mayor fuente de divisas para los países en desarrollo. Como explica María?Mercedes Sala, Oficial Superior de Desarrollo de Mercados a cargo de Industrias Creativas, del CCI, “durante más de 30 años, las asociaciones de artesanos y diversas entidades normativas de todo el mundo se habían esforzado, sin éxito (salvo en unos pocos casos) por intentar que los productos artesanales se indicaran por separado en el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías (SA – principal sistema internacional de estadísticas comerciales).
Muchos países no recopilan estadísticas específicas sobre los productos artesanales, que quedan comprendidos en las manufacturas en general (véase Forum 4/2000). Tal carencia dificulta la preparación o financiación de programas públicos de fomento de la exportación de productos artesanales, e impide que los países importadores distingan entre estos productos y las mercancías manufacturadas normales.
“Al asumir mis funciones de responsable de productos para este sector, las solicitudes de información que recibí de parte de nuestros clientes y otras personas en el terreno me mostraron claramente que, sin datos estadísticos específicos, era imposible conseguir apoyo – político, oficial, financiero o social – para ampliar la producción y el acceso a los mercados”, explica la Sra. Sala.
Todo comenzó a cambiar en 1997, cuando el CCI y la UNESCO organizaron un simposio de 44 países. Asistió un representante de la OMA, que se había entrevistado con la Sra. Sala y estaba al corriente de que muchos actores del sector estaban interesados en volver a abordar esta cuestión en el marco del nuevo entorno comercial multilateral. Los participantes dieron al CCI el mandato de estudiar cauces para hacer avanzar el tema. El CCI constituyó y coordinó un Grupo de Trabajo sobre Codificación Aduanera de Obras Artesanales, que contó con el aporte de entidades sectoriales de todo el mundo.
“Me nombraron su portavoz tanto ante el Subcomité de Revisión del SA como ante el Comité del SA, en Bruselas. A medida que avanzaban las negociaciones, descubrimos que los países desarrollados tenían tanto interés por llegar a un acuerdo como los países en desarrollo, los cuales apreciaron la ayuda que les dimos para focalizar el debate.
En realidad, desde 1996, la OMA ha aprobado sólo nueve recomendaciones no vinculantes relativas al SA. Ahora bien, a pesar de que la Recomendación sobre los productos hechos a mano no es vinculante para las partes en el SA, reviste una importancia capital, habida cuenta de que esta discusión había estado bloqueada durante los últimos 30 años”, comenta la Sra. Sala.
“La Recomendación se refiere sólo a los sistemas nacionales. Se consideró que, dada la dificultad para llegar a un acuerdo sobre definiciones y sobre la armonización internacional, ésta era la manera más adecuada para dar un primer paso. En virtud de lo acordado, las autoridades nacionales deberían notificar a la Secretaría de la OMA las definiciones que utilizan, las disposiciones en materia de certificación, de haberlas, la lista de las subdivisiones introducidas, la aceptación de la Recomendación y la fecha de su puesta en práctica. Ello deja abierta la posibilidad de adoptar nuevas medidas”.
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Esta alfombra, de espléndidos colores y anudada a mano en Túnez, puede alcanzar buenos precios en los mercados internacionales. (Fhoto: CCI) |
Hasta ahora, la Recomendación ha sido adoptada oficialmente por tres países: Canadá, Marruecos y Senegal. “Marruecos y Senegal son grandes productores de obras artesanales, y Canadá dispone ya de un muy buen sistema de control y regulación de los productos hechos a mano, por lo que su aceptación es, en cierto modo, un voto de confianza hacia la Recomendación”, observa la Sra. Sala.
“Se están preparando otras medidas. El comité de gestión del arancel exterior común de la Unión Económica y Monetaria del África Occidental ha invitado a sus ocho Estados miembros a adoptar la Recomendación. Casi todos son países menos adelantados que producen y comercian con un volumen importante de bienes artesanales. Dicha adopción podría ser efectiva para todos en el curso de 2004. La idea está siendo considerada también por los 15 miembros de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental, lo que añadiría otros siete países a la iniciativa.
El CCI dio un respaldo decisivo a estos esfuerzos”, dice la Sra. Sala, “gracias a sus redes de cooperación con los países en desarrollo y sus competencias de promoción, reconocidas por todos: sus clientes, las economías en desarrollo y en transición, y los países desarrollados, como Canadá, la Unión Europea, Japón y los Estados Unidos, que también nos alentaron en nuestro trabajo”.
Texto de Peter Hulm